En su intervención, Sánchez se dirigió a los diputados de ERC y PDECat y les dijo que “rechazar este proyecto es imposibilitar cerrar la brecha social que todavía hoy se deja sentir en gran parte de la sociedad catalana y del conjunto de España”.

“Rechazar el diálogo supone relegar a la ciudadanía, negar la realidad de la mejora de la calidad de vida a cambio de perseguir una quimera que terminará, se lo garantizo, en una nueva frustración”, dijo el jefe del Ejecutivo.

En su deseo de que los diputados independentistas avalen las cuentas públicas, el presidente enumeró las consecuencias directas que tendría para Cataluña la entrada en vigor del proyecto de PGE que prepara el Gobierno.

Citó la revalorización de las pensiones de un millón y medio de pensionistas catalanes, la subida de pensiones mínimas y no contributivas para más de 300.000 catalanes y catalanas, la recuperación del subsidio por desempleo para más de 20.000 catalanes mayores de 52 años, y los permisos de paternidad extendidos de cinco a ocho semanas para 36.000 catalanas y catalanes.

Porque, según explicó, se trata de “un proyecto para acometer las grandes transformaciones que necesita nuestra economía y recuperar la cohesión social después de años de bloqueo, de desidia y de parálisis”.

Además, Sánchez expuso la “filosofía” del proyecto de Presupuestos para 2019, vertebrado en cinco ejes: educación, ciencia y cultura; fortalecimiento del Estado de bienestar; mercado de trabajo e impulso empresarial; medio ambiente y transición energética, y la regeneración de las instituciones.