Refugiados
Alrededor de 2,6 millones de venezolanos abandonaron el país desde 2014
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Alrededor de 2,6 millones de venezolanos han salido del país desde 2014, lo que supone "el desplazamiento más rápido de personas" de los últimos años, según los datos facilitados este martes por Acción contra el Hambre.
Más de 2 millones se han quedado en los países vecinos (Colombia ha acogido a más de un millón y Perú a medio millón), con lo que ambos países podrían triplicar la presencia de venezolanos a finales de 2019, advirtió la ONG. A su juicio, "el esfuerzo que están realizando los países de una región que aún no ha erradicado el hambre es enorme", con lo que "la comunidad internacional no puede mirar a otro lado”.
Para Olivier Longué, director general de Acción contra el Hambre recién llegado del país, "en un momento en el que los movimientos migratorios están siendo cuestionados y son blanco de ataques en todo el mundo, Colombia está dando una lección al acoger a un millón de venezolanos”.
Con todo, pese a "la solidaridad del pueblo y del Gobierno colombiano, no podemos ignorar que muchos de los venezolanos viven en la calle, trabajando en lo que pueden para comer al final del día", prosiguió, y que "esto supone un enorme esfuerzo para una población colombiana azotada todavía por décadas de conflicto armado”.
El departamento de Guajira, uno de los más pobres del país, "soporta ahora una triple carga”: la desnutrición crónica que afectaba ya a uno de cada diez niños (con bolsas de desnutrición aguda); la violencia, y ahora la llegada masiva de venezolanos por una frontera muy porosa".
Del millón de venezolanos que actualmente acoge Colombia, más de la mitad están regularizados con permisos de trabajo o permanencia. Señaló que el país está escolarizando a los niños y niñas venezolanos, lo que supone también una presión sobre los programas de almuerzo escolar, y garantiza atención sanitaria de urgencia.
Pese a todo, los equipos de Acción contra el Hambre en la zona constatan que una de cada cinco personas llegadas de Venezuela ha tenido problemas para acceder a comida en los últimos tres meses, así como un aumento del número de niños con anemia, diarreas y bajo peso en Guajira.
Agregó que en las fronteras sur de salida hacia otros países (por ejemplo, en los departamentos de Nariño y Putumayo) los migrantes están siendo blanco de los nuevos grupos armados en auge, siendo a menudo extorsionados o víctimas de violencia.
FRACASO POLÍTICO
Según Longué, “parece que decir si hay hambre o no en Venezuela y quién es responsable implica un posicionamiento político, pero nada más lejos de la realidad".
"El hambre no es una opinión, es una realidad perfectamente medible y constatable con indicadores y no puede ser una declaración política de ningún tipo". A su juicio, la interpretación de esta crisis en términos políticos es un fracaso conceptual”, y también lo es "que muchos países interpreten la necesidad de ayuda humanitaria casi como un insulto, cuando se trata de una ayuda basada exclusivamente en necesidades y sin matices políticos".
“Un triple fracaso en esta crisis viene del hecho de que la comunidad internacional esté ignorando sus dimensiones, centrada exclusivamente en las guerras abiertas en otros lugares del mundo como Siria, Yemen o Sudán del Sur”, concluyó Longué.
(SERVIMEDIA)
27 Nov 2018
AGQ/gja