En entrevista con Servimedia, Falciani abunda en su advertencia y apunta que, tras una criptomoneda, puede esconderse "todo tipo de barbaridades" en su intercambio de manos tales como "estafas a los inversores" o "fraude", al margen de tener o no un origen ilítico.

"Ha sido muy divertido, muy especulativo y muy arriesgado para los inversores y los que se han aprovechado no tiene capacidad de establecer todo el origen de los fondos. Eso es un hecho, pero no es el ámbito más relevante porque es marginal", sostiene cuando se le pregunta sobre la decisión del Gobierno de obligar a declarar las inversiones en este tipo de activos.

La Agencia Tributaria tiene, de hecho, controlados a unos 15.000 contribuyentes que han operado con criptomonedas en el último año, gracias al requerimiento de información que cursó al inicio de año a 60 entidades financieras. Su intención es que declaren las posibles plusvalías y tributen por ellas, además de analizar un posible uso para blanquear capitales.

"Si vamos al grano, el riesgo se sitúa cuando alguien con criptomoneda vuelve al ámbito financiero como nacional y quiere intercambiar su criptomoneda con dinero. Yo lo prohibiría ya por falta de trazabilidad sobre los pasos anteriores", advierte.

En este sentido opina que, aunque el control de las criptomonedas "es algo fundamental que contemplamos todos", sería marginal en esa lucha tributaria: "No representa nada, representa 15.000 usuarios identificados a nivel español", refiere, y señala que hay otros ámbitos con mucho mayor riesgo de elusión fiscal.

EL LADRILLO Y LA BANCA EN LA SOMBRA

Falciani aconseja poner foco en el mercado inmobiliario: "Las criptomonedas representan muy poco cuando vemos la barbaridad de dinero que se blanquea a diario. Si tenemos que ser un poco relevante en la prioridad, lo que se gasta a nivel del ladrillo, como se gestiona la compra y venta de vivienda, sí que sería un tema prioritario en tema de blanqueo de dinero".

Dentro de la esfera específica financiera alerta además sobre la banca en la sombra, un tipo de operativa e inversiones desreguladas que "ha multiplicado por cinco" su tamaño a escala internacional en los últimos años y escapa a los férreos controles de las finanzas convencionales.

"La banca en la sombra ha crecido desde el 8% hasta ser hoy alrededor del 40%. Es el ámbito más expuesto que conocemos a nivel financiero mundial", agrega.

Sin embargo, este ingeniero de sistemas encuentra en el blockchain, la tecnología en la que se basan las criptomonedas, el mejor aliado para combatir dichos riesgos porque igual que facilita el anonimato permite realizar una total trazabilidad de las transacciones y porque al ser un sistema descentralizado "es inmune a la corrupción".

"El blockchain representa un ámbito prioritario para los notarios, para los registros mercantiles, y para los contratos financieros, por supuesto, por su formalismo", indica, convencido de que será el sistema que ayudará también a bancos y cualquier tipo de empresa e institución a tener mejores auditorías en las operaciones con clientes y combatir así el fraude fiscal y no tributario.