En un comunicado, el Tribunal recordó que desde el 1 de septiembre de 2014 todas las aspiradoras vendidas en la Unión Europea tienen que llevar una etiqueta energética, cuyas modalidades se precisan en un Reglamento de la Comisión que complementa la Directiva sobre el etiquetado energético. La finalidad del etiquetado es informar a los consumidores acerca del grado de eficiencia energética y del poder de limpieza de la aspiradora. Sin embargo, el Reglamento no contempla la realización de mediciones con aspiradoras cuyo colector de polvo está lleno.

En este sentido, la sociedad Dyson Ltd, que comercializa aspiradoras que funcionan sin bolsa para el polvo, sostiene que el Reglamento inducirá a los consumidores a error en lo que se refiere a la eficiencia energética de las aspiradoras, pues el rendimiento no se medirá durante su utilización sino únicamente con un colector vacío. Según Dyson, la Comisión, por tanto, no se ajustó a un elemento esencial de la Directiva que exige que el método de cálculo del rendimiento energético de las aspiradoras refleje unas circunstancias de uso normal, por lo que solicitó al Tribunal General que anulara el Reglamento.

Así, el 11 de noviembre de 2015, el Tribunal General desestimó el recurso y Dyson interpuso recurso de casación, que fue estimado por el Tribunal de Justicia mediante sentencia de 11 de mayo de 2017 y devolvió el asunto al Tribunal General para que se pronunciara sobre tal argumentación de Dyson. Por último, en su sentencia de hoy, el Tribunal General acoge la argumentación de Dyson y anula el Reglamento sobre el etiquetado energético de las aspiradoras.