Según informaron este miércoles los citados centros de investigación, los resultados de este estudio se han presentado en el marco del X Congreso Nacional de Gesida, que se celebra en Madrid del 6 al 9 de noviembre.

Los especialistas explicaron que ante un antígeno extraño, el sistema inmunitario se activa y, al eliminarlo, regresa a un estado de reposo. En la infección primaria por VIH, este sistema permanece activo de forma crónica, lo que favorece la replicación viral persistente, es decir, la multiplicación de las partículas virales en el interior de la célula hospedadora. Esto se acompaña de un aumento de la viremia por la replicación viral en linfocitos y la consiguiente diseminación del VIH a diversos tejidos, tras lo que vendría la fase de infección aguda.

Esta investigación se realizó con una paciente de 59 años de edad en el momento del diagnóstico (actualmente tiene 70) con infección primaria de VIH adquirida por vía sexual, acompañada de candidiasis oral y esofagitis herpética. Se inició tratamiento antirretroviral con varios fármacos (‘lopinavir’/’ritonavir’, ‘emtricitabina’, ‘tenofovir’) y a los dos meses el ARN del virus se volvió indetectable en plasma y al retirar el tratamiento antirretroviral a los 12 meses no recuperó la condición de detectable durante los siguientes 10 años (periodo en el que no recibió más tratamiento antirretroviral), presentándose también una recuperación clínica completa y rápida y una normalización del sistema inmunitario sin ninguna complicación médica.

Los autores de este estudio destacaron la importancia de encontrar casos adicionales como el descrito, con aviremia prolongada sin terapia antirretroviral, ya que presentan una significativa utilidad para encontrar estrategias para la cura funcional del VIH.