Así lo indicó el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, cuando en los pasillos del Senado fue preguntado por la sentencia del tribunal europeo que considera que el juicio a Otegi en el ‘caso Bateragune’ no fue totalmente justo, al figurar en el tribunal la magistrada Ángela Murillo, que en marzo de 2010 había sido apartada por supuesta falta de imparcialidad de un juicio anterior en el que estaba acusado el dirigente de EH Bildu.

Tras destacar que una sentencia del TEDH “merece todo el respeto”, se preguntó por qué iba a “estar puesta en entredicho” la Justicia española. “Si estuviera puesta en entredicho la Justicia española, estaría puesta en entredicho la Justicia de los 47 países que formamos parte del Consejo de Europa”, sentenció.

El ministro del Interior se basó en que “todos los países” se han enfrentado a que “en distintas sentencias” se les diga que “en alguna ocasión han podido vulnerar en mayor o menor medida algún derecho fundamental reconocido en la Convención de 1950”.

Marlaska subrayó que esta sentencia, como cualquier otra del tribunal europeo, le merece “toda la legitimidad del mundo”, habida cuenta de que el TDEH es “la corte más importante en materia de derechos y libertades”.

Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores, UE y Cooperación, Josep Borrell, afirmó, en declaraciones a los periodistas en el Senado, que “hay sentencias judiciales que nos pueden gustar más o menos, pero todas son sentencias judiciales y hay que respetarlas”. Eludió responder acerca de si se debería pedir perdón a Otegi afirmando que “para poder pronunciarme me tendría que estudiar la sentencia”.