Casado, consciente de que el 2 de diciembre es “la prueba de fuego”, tiene intención de emular en Andalucía el modelo del que se valió en 2009 el expresidente Mariano Rajoy a la hora de implicarse en la campaña electoral de Galicia que encumbró a Alberto Núñez Feijóo a la Presidencia de la Xunta.

En Génova hablan de “duplicar esfuerzos” y trasladar su mensaje al máximo número de andaluces. La consigna es “echar el resto” y la cúpula nacional estará disponible para cubrir el terreno y arengar al posible votante.

“Todo es poco” si se trata de evitar el ‘sorpasso’ de Ciudadanos en esta comunidad. Aunque las encuestas internas de los populares niegan esta posibilidad, fuentes de la formación se ponen en esta tesitura y admiten que sería “mortal” ser la tercera fuerza en estos comicios.

A pesar de todo ello, diversos cargos populares transmiten a Servimedia el “riesgo” que corre el líder nacional al desplegar una caravana paralela a la del candidato del PP a la Junta de Andalucía, Juanma Moreno. “Se equivoca si es intrusivo; tiene que tener cuidado”, avisan.

ATRUBUIR FRACASO

Argumentan que la “omnipresencia” de Casado se traducirá en que se le atribuya “directamente” el fracaso si le va “mal” a Moreno. No son pocos los dirigentes que se muestran inquietos por el resultado y creen que el presidente del PP “se expone demasiado”.

“El 2 nos jugamos todo. Lo que pase será bueno o malo para todo el partido”, señalan desde la bancada popular. Se refieren a que “la gente se apunta siempre a caballo ganador y huye del derrotado” y lo que pase el 2 de diciembre repercutirá en las elecciones autonómicas y municipales de mayo de 2019.

Incluso hay quien apunta a que la “credibilidad” de Casado se puede poner “en entredicho” en esta contienda electoral si resulta “claramente vencido” después de haberse implicado tanto. Hablan de la importancia de “reservar” la imagen presidencial para grandes actos.

Además, piden tener cuidado con el mensaje que se lanza en campaña: “No se puede menospreciar al votante del PSOE”, señalan, convencidos de que hay “muchos desencantados” con más de 40 años de gestión socialista en Andalucía que podrían replantearse su opción política.

Aun viendo el movimiento de Casado “arriesgado”, las citadas fuentes se preguntan “qué remedio le queda” y reflexionan que siempre podrá decir que gracias a su despliegue “el batacazo fue menor” o que "el mal ya estaba hecho” con un candidato ‘heredado’.