Así se expresó Galán en la presentación a los analistas de los resultados de la compañía hasta septiembre, donde lamentó “este tipo de afirmaciones” basadas en información incorrecta.

“Decir que estos activos están amortizados no es real”, afirmó Galán, quien recordó que el valor contable de las centrales hidroeléctricas de Iberdrola era de unos 4.800 millones de euros al cierre de 2017 y el de las nucleares de unos 3.200 millones.

A este respecto, recordó que la normativa legal contable obliga a amortizar la obra civil hidroeléctrica en el periodo de la concesión y que todavía tienen una vida media de 35 años.

En esta línea, señaló que la compañía, desde 2001, ha tenido que invertir unos 1.800 millones en sus centrales hidroeléctricas y otros cerca de 2.000 millones en las nucleares.

En cuanto a los resultados económicos de estas instalaciones, lamentó que las nucleares de Iberdrola perdieron más de 200 millones en 2016 y otros más de 100 millones en 2017, por el efecto de los cambios impositivos aplicados tras el accidente de Fukushima, y que las hidroeléctricas también tuvieron un resultado negativo en 2017, como consecuencia de que fue un año muy seco.

Por otro lado, en referencia a la decisión del Gobierno de suspender el impuesto del 7% a la producción eléctrica y el ‘céntimo verde’ aplicado al carbón, aseguró que dichas rebajas “se han reflejado de forma automática” en los precios mayoristas de la electricidad.

“Los precios en España están inflados artificialmente como consecuencia de los impuestos que soportamos”, denunció Galán, quien valoró el impacto de esta rebaja fiscal tanto en la competitividad de la economía como en la balanza de pagos, puesto que permite también incrementar las exportaciones energéticas.