Así lo refleja el 'Estudio sobre la Ciberseguridad y confianza en los hogares españoles', correspondiente al primer semestre de 2018, elaborado por el Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones y Sociedad de la Información (ONTSI), que gestiona la entidad pública Red.es.

El 43,1% de los usuarios encuestados confía bastante o mucho en Internet (3,2 puntos porcentuales más que en el primer semestre de 2017) y un 46,4% lo percibe como más seguro cada día.

SEGIRIDAD EN EL ORDENADOR DEL HOGAR

En lo que se refiere a las medidas de seguridad empleadas en el ordenador del hogar, se observa un receso en la utilización de programas antivirus (-2,5 p.p.) y actualizaciones del sistema operativo (-2,7 p.p.), volviendo a valores similares a los registrados durante el primer semestre de 2017 y situándose en el 71,1% y el 56,7%, respectivamente.

De las encuestas realizadas a los hogares españoles y los datos obtenidos por Pinkerton también se desprende que hay discordancia entre el uso declarado y el real de medidas de seguridad, siendo el dato favorable a la utilización real. Al igual que ocurría en los dispositivos móviles, la mayor brecha se encuentra en la utilización habitual con permisos reducidos donde el 95,1% de los usuarios navega por Internet de este modo y solo el 11,5% es consciente de ello. También hay diferencias significativas entre el uso real (95,7%) y el declarado (36,9%) de cortafuegos o firewall y en la existencia de particiones en el disco duro, con un 60,2% de uso real frente al 17,3% del declarado.

El estudio también aporta datos sobre las redes Wi-Fi. Casi la mitad -49,5%- usa estándares WPA y WPA2, aunque el 23,2% no son seguras, ya que un 5,6% utiliza cifrado WEP -obsoleto y fácilmente vulnerable-, un 5,3% de los usuarios deja su red inalámbrica Wi-Fi desprotegida y el 12,3% desconoce su estado de protección.

HÁBITOS

Durante los primeros meses de 2018, los niveles de adopción de conductas de riesgo de manera consciente por parte del usuario se mantienen constantes con respecto al semestre anterior, el 42,8% de los internautas manifiesta realizar acciones de riesgo.

El informe analiza los hábitos prudentes relacionados con la navegación, descargas desde Internet e instalación de programas y aplicaciones para determinar si también los usuarios adoptan riesgos en estas acciones.

En este sentido, los buenos hábitos de uso en las redes P2P se sitúan en valores constantes con respecto al anterior periodo analizado: el análisis con el antivirus de todos los ficheros descargados se establece en el 60,7% y el 69,1% no comparte todos los archivos del equipo. Los hábitos referentes a la descarga directa de ficheros también parecen mantenerse en consonancia con respecto al anterior estudio: el 52,7% comprueba la veracidad del contenido descargado y el 46,4% analiza el fichero o dispositivo al finalizar la descarga.

En lo que se refiere a la descarga de programas en el ordenador, ocho de cada diez usuarios (81,7%) presta atención a los pasos de instalación del software descargado y dos de cada tres (66,1%) comprueba minuciosamente que se trata del programa que se desea instalar.

Sin embargo, más de la mitad (56,8%) de los internautas españoles afirma no leer las condiciones e información legal antes de aceptarlas al registrarse o darse de alta en proveedores de servicio en Internet (redes sociales, comercio electrónico, etc.).

INCIDENTES

El estudio de Red.es refleja un decremento de 3,4 puntos en la evolución de los problemas de seguridad declarados por los panelistas durante este semestre, regresando a valores similares a los observados en el segundo semestre de 2016. De este modo, el 63,8% de los usuarios encuestados declara haber sufrido algún incidente de seguridad.

Entre los más frecuentes están la recepción de correos electrónicos no solicitados –spam- (88,1%) y los virus informáticos u otros códigos maliciosos (18,4%). En cuanto al dato real detectado, se observa que el 69,8% de los ordenadores analizados presentaba virus y en la mayoría de los casos (59,6%) el usuario no se había percatado.

La peligrosidad del malware viene determinada en función de la gravedad de las consecuencias sufridas. El de alta peligrosidad es el que permite el acceso remoto por parte de un atacante al sistema víctima, puede suponer un perjuicio económico para el usuario y facilita la captura de información confidencial o sensible de la víctima. El 69,9% de los ordenadores infectados con malware presenta un nivel de riesgo alto.