Según esta organización de consumidores, el usuario que llama a estos teléfonos se encuentra en una situación de total desprotección ya que, en caso de disconformidad con la facturación emitida, el ciudadano no puede solicitar el desglose de la misma y abonar solamente la parte con la que sí está de acuerdo.

Con respecto al coste, la factura se emite por llamada realizada, no en función de su duración. El precio oscila entre 0,75 euros y 1,102 euros, desde red fija; y entre 1,12 euros y 1,86 euros, desde red móvil; un coste al que se ha de añadir el IVA.

La factura final, añade UCE, "variará según el rango de numeración del que se trate, pues no cuesta lo mismo un 905 seguido de un 0 que de un 5".

El objetivo de los "call-tv" o programas-concurso, que inundan la programación de las televisiones a partir de medianoche, es que los usuarios realicen el mayor número de llamadas posible. La UCE ha registrado casos en que las facturas superan los 3.000 euros.

Los consumidores afectados reconocen haber hecho llamadas a estos números, sin embargo no admiten haber realizado todas las que se le facturan. Son tantas las quejas, que UCE insta a las autoridades competentes a extremar la vigilancia sobre el funcionamiento de estas líneas.

Además, esta asociación recomienda a los usuarios evitar ese tipo de teléfonos, que "se han convertido en un fantástico negocio para las cadenas de televisión". Según estimaciones del sector, durante el año 2009, las televisiones facturaron unos 200 millones de euros.