Para esta organización, un maltratador machista que ha ejercido violencia de género contra su mujer también ha provocado que sus hijos estén “expuestos a esa violencia de forma prolongada”, por lo que instó a reconocer esta situación en las condenas.

“La violencia de género que el padre ejerce hacia su madre implica ser testigo de violencia física y psicológica muy grave para su desarrollo, creando a menudo traumas y secuelas difíciles de superar”, declaró el director de Programas de la Fundación ANAR, Benjamín Ballesteros.

En concreto, esta fundación ha precisado una serie de medidas para proteger a los menores de la violencia de género, entre las que se incluye quitar al padre la patria potestad “de forma automática” en casos en los que el progenitor haya matado a la mujer.

Asimismo, reclamaron una formación cualificada en violencia de género y específica en materia de adolescencia para los profesionales que atienden a los menores ante episodios de violencia machista, así como que se suspenda la comunicación entre el padre y sus hijos en el mismo momento en que se establezcan medidas de protección para la madre por violencia de género.

La Fundación ANAR también reclama que las mujeres, especialmente las adolescentes, no tengan obligación de declarar cuando hayan sido víctimas de violencia machista, ya que “su voluntad suele estar viciada por el miedo y la sumisión que ha conseguido el agresor”, o que la pensión de orfandad se reconozca de forma automática para los menores cuya madre haya sido asesinada por su padre.