Biodiversidad
Una gran selva tropical en Sudamérica se ‘vacía’ de mamíferos tras cinco siglos de acción humana
- Jaguares, pumas y tapires, entre los que han sufrido un mayor declive
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Cerca de cinco siglos de sobreexplotación por actividades humanas han rebajado a la mitad las poblaciones de mamíferos en el Bosque Atlántico, situado en la costa este de América del Sur a lo largo del litoral de Brasil, el noreste de Argentina y el este de Paraguay, y que es uno de los tipos de selva tropical más amenazados del mundo.
Así lo aseguran cinco investigadores brasileños en un estudio publicado en la revista 'PLOS ONE', donde revelan los devastadores efectos de la perturbación humana en los últimos 500 años aproximadamente.
Más de la mitad de los grupos de especies locales de mamíferos medianos y grandes que vivían en el Bosque Atlántico han muerto desde que ese ecosistema vegetal neotropical fue colonizado por seres humanos por primera vez en el siglo XVI.
La actividad humana es en gran parte responsable de esta abrumadora pérdida de biodiversidad, según el estudio, que comparó los inventarios publicados en los últimos 30 años con datos de referencia que se remontan a tiempos históricos en el Brasil colonial.
El Bosque Atlántico originalmente cubrió alrededor de 1,1 millones de kilómetros cuadrados y es el tramo latitudinal continuo más largo del mundo de los bosques tropicales. Actividades como la agricultura y la deforestación, así como los incendios, han reducido el bosque a unos 0,143 millones de kilómetros cuadrados, lo que, a su vez, ha tenido un impacto significativo en las poblaciones de mamíferos.
"TOMAR MEDIDAS"
Los científicos analizaron la pérdida de especies entre casi 500 conjuntos locales de mamíferos de mediano a gran tamaño que se habían estudiado en la vasta región del Bosque Atlántico.
Además de observar especies individuales, el equipo examinó grupos de mamíferos para tratar de comprender qué grupos de especies ecológicamente relacionadas habían disminuido más rápidamente. Encontraron que los depredadores principales y los grandes carnívoros, como los jaguares y los pumas, así como los herbívoros de gran tamaño, como los tapires, se encontraban entre los grupos que más habían sufrido.
"Nuestros resultados ponen de relieve la necesidad urgente de tomar medidas para proteger estos frágiles ecosistemas. En particular, necesitamos llevar a cabo estudios de escala regional más completos para comprender los patrones locales y los factores que impulsan la pérdida de especies", apunta Carlos Peres, de la Universidad de East Anglia (Reino Unido) y coautor del estudio.
Peres indica que los esfuerzos para proteger el Bosque Atlántico y otros ecosistemas de bosques tropicales a menudo se basan en la voluntad política no cooperativa y políticas públicas sólidas. "Necesitamos datos convincentes para impulsar el cambio", añade.
Juliano Bogoni, actualmente investigador postdoctoral en la Universidad de Sao Paulo (Brasil) y primer autor del estudio, apunta que "la diversidad de mamíferos del otrora majestuoso Bosque Atlántico se ha reducido en gran medida a una pálida sombra de lo que era".
"Estos hábitats a menudo están severamente incompletos, restringidos a remanentes forestales insuficientemente grandes y atrapados en un vórtice de extinción abierto. Este colapso no tiene precedentes tanto en la historia como en la prehistoria y puede atribuirse directamente a la actividad humana", asevera.
(SERVIMEDIA)
30 Sep 2018
MGR/caa