Así lo señaló ante el Comité para la Igualdad Efectiva de Mujeres y de Hombres en la Guardia Civil la vicepresidenta del Gobierno y ministra de la Presidencia, Relaciones con las Cortes e Igualdad, quien añadió que “la igualdad no llega por sus propios pasos” y que se trata de “un inmenso trabajo ético y político de la democracia”.

En su intervención, previa a la reunión con el citado Comité, Calvo destacó que “la Guardia Civil también se tiene que feminizar, no solamente porque sea un derecho la participación de las mujeres, sino porque es una necesidad de toda la sociedad”.

También advirtió del hecho de que las mujeres “no hemos venido a pelear por nuestros derechos en la democracia para estar solo en la base de la pirámide”, al tiempo que reclamó el derecho de las mujeres “para compartir la realidad” aunque, del mismo modo, “para compartir el poder”.

“Las mujeres que están en la Guardia Civil no son diferentes del resto de las mujeres”, señaló Carmen Calvo, quien recordó que “hay que seguir esforzándose en dos niveles principales”. Por un lado, “las condiciones en las que trabajan las mujeres para hacer compatible su condición de ciudadanas, de guardias civiles y tal vez madres, en relación a la conciliación y a la corresponsabilidad de sus vidas”, y el hecho de que las mujeres “puedan ascender hacia lo más alto de las posibilidades de los escalafones”.

Para ello se requiere “una mirada específica, un plan de igualdad que se tiene que hacer en esta inmensa empresa, absolutamente necesaria, como es la Guardia Civil”, declaró la ministra de Igualdad.

Por último, Calvo dijo sentirse “verdaderamente cómoda en la mesa” no solamente por lo que representa sino por ser ministra de Igualdad y porque “siento que nuestro país camina en buena dirección cuando la democracia se une inexorablemente al concepto de igualdad”.

A la reunión acudieron, además, el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska; la secretaria de Estado de Seguridad, Ana Botella, y el director general de la Guardia Civil, Félix Azón.