A diferencia de lo ocurrido con las huelgas del 25 y el 26 de julio pasados, la compañía todavía no ha procedido a cancelar vuelos, por lo que todavía es difícil determinar cuál puede ser el impacto de los paros en su operativa.

De hecho, este lunes hay convocada una reunión entre responsables de la compañía y de los sindicatos USO y Sitcpla para negociar los servicios mínimos. En el caso de que dicha reunión concluyera sin acuerdo, sería el Ministerio de Fomento el encargado de fijarlos.

En las anteriores huelgas, los servicios mínimos fijados por Fomento protegieron el 100% de los vuelos con los territorios no peninsulares, el 59% de los servicios domésticos sin alternativas de transporte inferiores a 5 horas, así como los internacionales, y el 35% en el resto de operaciones.

A este respecto, los sindicatos han mostrado su malestar por el hecho de que el Ministerio fije servicios mínimos aplicando la normativa española mientras permite que la compañía irlandesa presidida por Michael O’Leary no la respete en materia laboral. Tal y como ocurrió también en julio, los paros en España se suman a los convocados por los tripulantes de Ryanair en otros países como Portugal, Holanda y Bélgica.