En la comisión del Congreso de los Diputados que investiga la crisis financiera, subrayó que las entidades españolas han de hacer frente a retos como la rentabilidad o el “significativo” coste del “intenso” proceso de desarrollo regulatorio.

Guardiola explicó que los objetivos fundamentales de ese proceso regulatorio han sido el “refuerzo” de la estabilidad del sistema financiero, la protección de los consumidores y el fomento de la competencia.

“Estos esfuerzos han ido, en general, bien encaminados y nos permiten tener hoy un sistema más robusto, más preparado para afrontar futuras crisis y que cumple con mayores garantías su función de contribución al desarrollo económico”, dijo, aunque alertó de los costes que tiene el cumplimiento de esa prolija regulación.

Según Guardiola, es “responsabilidad de todos” contar con un sector bancario “sostenible y solvente”, que tenga una “rentabilidad adecuada y que cumpla con su función social de apoyo a familias y empresas como condición indispensable para garantizar el desarrollo económico” de España.

RECONSTRUIR LA CONFIANZA

Por otra parte, el consejero delegado del Sabadell subrayó que otro reto del sector financiero es “reconstruir la confianza y la imagen de la frente a la sociedad”.

En cuanto a la competencia, quiso dejar claro que, pese a la concentración que se ha producido en los últimos años, ésta es “fuerte”.

Guardiola reconoció que en el año 2007 el sector financiero presentaba “debilidades”, que se manifestaban con más intensidad en las cajas de ahorros, como la concentración del crédito en el sector inmobiliario o que el aumento de los préstamos no iba acompasado de un alza “similar” de los depósitos.

A ello se unió que los ratios de capital y las provisiones para insolvencias, consideradas adecuadas en 2007, “se mostraron claramente insuficientes ante la magnitud y duración de la crisis financiera”.

El consejero delegado del Sabadell expuso tres ámbitos en los que el banco trabajo “intensamente” para afrontar esa coyuntura. Se trata del refuerzo del modelo de gestión y control de riesgos, un “mayor rigor, eficacia y transparencia” del gobierno corporativo, y el incremento de la transparencia y la simplicidad en la relación comercial y contractual con los clientes.

AYUDA EN LA CRISIS

El ‘número dos’ del Sabadell defendió la contribución de la entidad y del resto de bancos privados que no necesitaron ayudas públicas, a la resolución de la crisis.

En concreto, recordó que los bancos sanos integraron entidades financieras que les fueron adjudicadas, algo que exigió “un importante saneamiento y la asunción de obligaciones respecto de clientes y empleados”. Además, se hicieron aportaciones económicas al Fondo de Garantía de Depósitos y al ‘banco malo’ Sareb para ayudar al “saneamiento de las entidades con problemas”.