Medio Ambiente

El cambio climático duplicará la pérdida de cosechas por plagas de insectos hambrientos

- La cesta del pan en Europa estaría entre las más afectadas

MADRID
SERVIMEDIA

La producción de trigo, maíz y arroz, especialmente en los climas del norte, disminuirá a medida que insectos hambrientos en las regiones templadas prosperen en un clima más cálido debido al calentamiento global. En esas zonas es donde se cultiva la mayor parte del grano del mundo.

Así se desprende de un estudio realizado por siete científicos estadounidenses y publicado en la revista ‘Science’. Los investigadores modelaron los aumentos en las poblaciones de insectos y sus tasas metabólicas en un planeta mucho más cálido.

El estudio proyecta un aumento del 50% en las pérdidas de cultivos inducidos por plagas en el trigo en Europa y del 30 al 40% en el maíz en América del Norte, incluso si los países cumplen con sus compromisos del Acuerdo de París para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

“En algunos países templados, el daño de las plagas de insectos a los cultivos aumentará fuertemente a medida que las temperaturas continúen subiendo, ejerciendo una gran presión sobre los productores de granos”, apunta Joshua Tewksbury, coautor de la investigación y director de la organización internacional Future Earth.

La plaga por insectos ya reduce los rendimientos netos del trigo, el maíz y el arroz, tres granos básicos en la cesta de la compra, puesto que proporcionan un 42% del consumo total de calorías en el mundo. Sin embargo, los modelos que evalúan los efectos agrícolas del cambio climático rara vez consideran las pérdidas del campo debidas a los insectos.

Los investigadores apuntan que se espera que los insectos estén más hambrientos y sean más numerosos en un futuro clima más cálido. Se ha demostrado que las temperaturas más cálidas aceleran el índice metabólico de un insecto individual, lo que lo lleva a consumir más alimentos durante su vida útil. Y aunque las poblaciones de plagas pueden disminuir en algunas zonas tropicales más cálidas, se espera que suban en otros lugares a medida que aumentan las temperaturas y los ecosistemas se vuelven favorables para los insectos.

Los científicos calcularon el potencial de daños a los cultivos hasta 2050 mediante la combinación de datos de proyección climática, estadísticas de rendimiento de cultivos, tasas metabólicas de insectos y otra información demográfica.

REGIONES AFECTADAS

El estudio indica que la cesta del pan en Europa podría estar entre las más afectadas porque es la región más productiva de trigo en el mundo y el impacto de las plagas generaría un total anual de pérdidas de rendimiento inducidas por plagas de insectos que podrían superar los 16 millones de toneladas.

En este sentido, un total de 11 países europeos verán aumentos del 75% o más en las pérdidas de trigo por este motivo, entre ellos Dinamarca, Irlanda, Reino Unido y Suecia.

Además, los insectos también podrían tener un gran impacto en los rendimientos del maíz y el arroz en América del Norte y en Asia, respectivamente. Estados Unidos, el mayor productor de maíz del mundo, podría ver un aumento de casi un 40% en las pérdidas de maíz inducidas por plagas de insectos bajo las actuales trayectorias del calentamiento climático, lo que supone más de 20 millones de toneladas anuales.

Mientras tanto, un tercio de la producción mundial de arroz proviene de China, donde las pérdidas futuras inducidas por insectos podrían superar los 27 millones de toneladas al año.

"En promedio, los impactos sobre los insectos suponen una reducción de 2,5% en el rendimiento de cada grado de aumento de la temperatura; para el contexto, es aproximadamente la mitad del impacto directo estimado del cambio de temperatura en los rendimientos de los cultivos, pero en las zonas templadas del norte el impacto del aumento del daño causado por los insectos probablemente será mayor que el impacto directo del clima en los rendimientos de los cultivos", explica Tewksbury.

El estudio recomienda cambios en las prácticas agrícolas mundiales, como una mayor selección de cultivos resistentes al calor y las plagas, y nuevos patrones de rotación de cultivos para reducir la vulnerabilidad a los insectos. En algunos casos extremos puede ser necesario un mayor uso de pesticidas para asegurar el suministro regional de alimentos, incluso a costa de posibles daños a la salud y al medio ambiente.

(SERVIMEDIA)
02 Sep 2018
MGR/man