Así se desprende del estudio ‘Adolescentes en emergencias: voces de Bangladés’, publicado este viernes por Plan International con motivo del primer aniversario del inicio de la crisis migratoria y que recoge los testimonios de jóvenes que huyeron de la violencia de Myanmar.

En dicho informe, las jóvenes, que, al igual que otros 400.000 niños, viven en el campamento de Cox’s Bazar, mencionaron la falta de comida y de asistencia sanitaria y de libertad de movimiento en los campamentos como algunos de sus principales problemas y el apoyo de la familia como uno de sus mejores mecanismos de supervivencia.

Elaborado a partir de encuestas directas, desvela que la amistad es “vital en las crisis humanitarias” ya que, en concreto, en el caso de niñas en situación de emergencia con redes fuertes de apoyo estas hacen frente a su situación “mucho mejor que las que no la tienen, pues, al pasar tiempo con personas que tienen sus mismos sueños e inquietudes, se construyen relaciones personales que hacen que las niñas se sientan más fuertes y seguras”, según Plan International.

“Si las jóvenes y sus problemas permanecen invisibles para la comunidad internacional la respuesta humanitaria seguirá sin reconocer ni atender sus necesidades concretas”, apuntó, de otro lado, la directora de Incidencia Política de Plan International, Emilia Sánchez, para quien la situación es “especialmente difícil” en el caso de las jóvenes embarazadas y las que han perdido o se han separado de su familia.

Todas ellas han encontrado en los Espacios Amigos para la Infancia de Plan International “un lugar en el que aprender a defenderse y recibir apoyo”, según la propia organización, que, además de proporcionarles apoyo psicológico, también les facilita kits de emergencia y 'kits de dignidad' que, entre otros elementos, incluyen peines, pañuelos para cubrirse, chanclas y ropa interior.