A los cinco detenidos se les imputan delitos como pertenencia a grupo criminal, daños, coacciones, amenazas y delitos de odio, según informó la propia Policía Nacional. Uno de ellos, además, es uno de los líderes de Hogar Social Toledo y “ejercía funciones de financiación, adoctrinamiento y captación de nuevos miembros”.

Otros dos detenidos son menores de edad y tenían la misión de “amenazar y realizar seguimientos, físicos y virtuales, a policías” y a familiares de estos con el fin de intimidarles.

Los cinco arrestados llevaban meses acosando e intimidando a varios agentes de la Policía Nacional de Toledo y sus familias. Además, los seguimientos que se les realizaban servían como “misiones o ritos de iniciación para pasar a formar parte de grupos violentos”.

La operación policial terminó con el registro de tres domicilios en Toledo, entre ellos, el de la sede del grupo neonazi Hogar Social en la ciudad castellanomanchega. En estos registros la policía intervino dos pistolas, dos machetes, una navaja de grandes dimensiones, caretas y teléfonos móviles, entre otros objetos.