La respuesta del Ejecutivo añade que durante el pasado año este tratamiento, que proporciona estabilidad orgánica, psíquica y social en una persona con deterioro importante o con adicción inmodificable, fue seguido por todas las cárceles, salvo en Logroño, centro en el que aún sigue sin impantarse esta iniciativa.

En relación con el número de internos que están recibiendo el tratamiento, dato que también demandaba el PSOE en su pregunta, el Gobierno informa que "la cifra no es constante, ya que diariamente varía en función de las entradas y salidas de pacientes en el programa".

"Como referencia, el 31 de diciembre de 1997, fecha en la que se realizó el último registro, estaban en programa de sustitutivos de opiáceos el 8,65 por ciento del total de la población interna, lo que supon que diariamente se administró el fármaco a 3.192 internos".

El senador socialista Ignacio Díez considera que el tratamiento proporciona importantes beneficios de salud individual y colectiva, obteniéndose con él una disminución en la transmisión de enfermedades infecciosas y una normalización psíquica y orgánica del drogodependiente.