Lo dijo en una entrevista en TVE recogida por Servimedia, donde consideró que en la votación de la primera vuelta de las primarias arroja un “empate técnico” con Soraya Sáenz de Santamaría, que logró 1.500 votos más de los afiliados inscritos.

Por ello, volvió a defender con vehemencia que el liderazgo del PP se resuelva directamente en el cónclave del 21 y 22 de julio y no mediante una integración previa. Recordó que los Estatutos de la formación dan esa “capacidad” a los compromisarios, que son los delegados de la militancia.

Por ello, criticó que ahora se visualicen “presiones para aceptar una integración que va contra las normas” internas del PP y el “sentimiento mayoritario” de los afiliados. En todo caso, recalcó que no pedirá “nada” si pierde, porque estará “lealmente con quien los compromisarios decidan”.

“Estaré disponible para intentar, arrimando el hombro, que el PP sea un partido igual de fuerte”, prometió. Eso sí, destacó que “todo el mundo tendrá cabida” si resulta vencedor del proceso congresual. “Yo necesito a los mejores, he hablado con todos y hablaré con Sáenz de Santamaría”, subrayó.

En palabras de Casado, el PP “necesita un cambio de etapa” que no sea “continuista”. Aseguró que no ha pensado aún en el equipo que conformaría pero incidió en que “todo el mundo tendrá el puesto desde donde pueda aportar más”.

“Creo que la mayoría de compromisarios están viendo con buenos ojos un proyecto nuevo de alguien que no ha estado dirigiendo ni el Gobierno ni el partido en los últimos 10 años”, prosiguió, y dijo que según sus cálculos puede tener el respaldo de 2.000 de los 3.184 compromisarios que votarán en el cónclave del adiós a Rajoy.

Respondió así después de que Sáenz de Santamaría considerase que se equivoca con las sumas en esta segunda fase. También tuvo que contestar a las palabras de la exvicepresidenta criticando que busque su “hueco” con un “juego de dividir entre señoras”. “Estamos equivocando un poco el enfoque”, consideró, y añadió que “nadie es más que nadie por ser hombre o ser mujer y nadie intenta dividir a dos señoras por ser señoras”.

Se declaró “orgulloso” del Gobierno de Mariano Rajoy, aunque reconoció que “de un departamento más que otro”. Y, en su opinión, la política en Cataluña, de la que precisamente se encargó Sáenz de Santamaría, no ha sido “el fuerte”. En todo caso, reconoció que el Gobierno del PP hizo “todo lo posible para hacer lo mejor que podía hacer”.

Pese al tono de campaña, aseguró que tiene una “excelente relación” con su rival en las primarias, con la que tendrá que “cruzar agendas” estos días para cerrar una reunión, aunque hoy se puedan ver en el Congreso de los Diputados. “Otra cosa es que tengamos modelos de partido compatibles pero con ciertas diferencias”, remachó.