Así se pronunció en una entrevista en Cope, recogida por Servimedia, en la que afeó a Casado que base su estrategia en “jugar a dividir entre señoras para ver si encuentra hueco” cuando precisamente “esas señoras” (ella y María Dolores de Cospedal) se han comportado de forma “ejemplar”.

Sáenz de Santamaría aseguró que el debate que reclama Casado le vendría “personalmente muy bien” como candidata, porque se “contrastaría experiencia y trayectoria” y ella ha debatido con Albert Rivera o Pedro Sánchez. A pesar de ello, mostró sus reservas porque “la confrontación entre compañeros en el PP solo ayuda al PSOE”.

Defendió que las bases del PP de forma mayoritaria “quieren y merecen una lista de unidad” y consideró que el segundo clasificado “confunde sumas”. “Ahora estamos en los compromisarios y en el reparto territorial yo he ganado en 30 circunscripciones y Casado en 14”, se reivindicó.

Sobre la intención de Casado de hacerse con los compromisarios que inicialmente eran partidarios de Cospedal, valoró que el que fuera vicesecretario general de Comunicación tiene un planteamiento “bastante diferente” al de la todavía secretaria general. “Las señoras en este debate nos hemos comportado con una educación ejemplar, mucho más que algunos señores”, apostilló.

En cuanto a la posibilidad de vender la sede nacional del PP, reconoció que “hay que darle una vuelta” porque se lo ha planteado “mucho afiliado de base” y se debe tener en cuenta la “visión de futuro” de las bases e interiorizar que el PP hay que “construirlo de abajo a arriba”.

Además, enfatizó que si llega a presidir el PP, “el comodín de la corrupción” se habrá “acabado” y reseñó que en su caso tiene “el horizonte judicial despejado”. En este sentido, prometió que no dejará que la gente apartada del partido por prácticas corruptas vuelva a aproximarse.

Como exministra de Administraciones Territoriales, advirtió al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, de que “el apaciguamiento con esta gente (los independentistas) no sirve” porque practican el “apartheid”. Así, tras la reunión del jefe del Ejecutivo con el presidente catalán, Quim Torra, mostró su sensación de que Sánchez está “mucho más pendiente de lo que valoren los independentistas que de la defensa de España”.