Medio ambiente

WWF pide a España y Portugal un ‘eje ibérico’ contra los superincendios forestales

- Para combatir el “polvorín” del noroeste peninsular

MADRID
SERVIMEDIA

La organización ecologista WWF reclamó este viernes al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y al primer ministro de Portugal, António Costa, que impulsen un “eje ibérico” de lucha contra los superincendios forestales (es decir, cuando arden mas de 500 hectareas) para combatir el fuego en el “polvorín” del noroeste peninsular.

Esta petición fue lanzada coincidiendo con el lanzamiento del informe ‘El polvorín del noroeste’, presentado simultáneamente en Madrid y en Lisboa. El documento fue dado a conocer en la capital española en una rueda de prensa en la que participaron Enrique Segovia, director de conservación de WWF España; Lourdes Hernández, experta en incendios forestales de WWF, y Rui Barreira, director de conservación de WWF Portugal/Asociación Naturaleza Portugal.

Segovia indicó que WWF lleva desde 2003 presentando informes anuales sobre los incendios forestales y comentó que a lo largo de este tiempo hay “cosas que no cambian”, como la manera de abordarlos, y otras que sí, puesto que “ahora los incendios estallan fruto del cambio climático, que ha venido para quedarse”.

Subrayó que Sánchez y Costa acordaron sellar esta semana un ‘eje ibérico’ y que esa iniciativa debe reforzarse con “una acción conjunta para luchar contra los incendios forestales” que tenga en cuenta aspectos como “minimizar la inflamabilidad del territorio” y “acabar con la impunidad”.

En este sentido, apuntó que conviene conocer el riesgo; planificar “a escala paisaje” (es decir, de forma conjunta en el que convivan distintas actividades y no de manera individual); conocer, ordenar y acotar el uso del eucalipto (altamente inflamable); promover las plantaciones de frondosas (castaños, robles, nogales y cerezos); fomentar una gestión forestal colectiva con agrupaciones de propietarios de terreno (la propiedad media en Galicia es de 0,2 hectáreas); revitalizar el mundo rural, y que la población asuma el riesgo y se autoproteja frente al fuego.

Para reducir la alta siniestralidad de los incendios, apostó por “acabar con la impunidad” conociendo las causas y las motivaciones de los fuegos, persiguiendo a los incendiarios con “sanciones claras y que se cumplan”, impulsando medidas de adaptación al cambio climático y fomentando la prevención social con programas de intervención adaptados a los conflictos del territorio.

Más concretamente, apostó por acordar criterios comunes sobre zonas de alto riesgo de incendios, promover ayudas dentro de la Política Agraria Común, una estrategia ibérica sobre el eucalipto y coordinar la gestión territorial.

“EMERGENCIA CIVIL”

Por otro lado, Lourdes Hernández comentó que “los incendios se han convertido en una auténtica emergencia civil y como tal han de ser abordados”, puesto que el año pasado se declararon un 200% más de grandes incendios forestales que la media de la última década y en Portugal se quemó un 400% más de superficie que el promedio del decenio.

Hernández recalcó que hay un “área al rojo vivo” que coincide con el noroeste peninsular (Portugal, Galicia, Asturias, León, Zamora y Cantabria), donde se producen el 65% de los siniestros forestales. En Portugal, el 94% de los siniestros del año pasado se produjeron al norte del Tajo.

Indicó que ello se debe a “una batería muy compleja de causas llevada a su máximo exponente”. Entre ellas, “una cultura muy arraigada del uso del fuego en el medio rural” (la mano del hombre está detrás del 99% de los incendios en Galicia) y que el noroeste peninsular es “altamente inflamable” porque tiene “aldeas en peligro de extinción” debido al despoblamiento.

Además, apuntó que en esa zona de la península hay abandono forestal porque hasta la década de los 70 del siglo pasado se reforestaron miles de hectáreas de eucalipto y pino, árboles de rápido crecimiento y más inflamables, pero en el decenio siguiente comenzaron a abandonarse, con lo que hay “miles de hectáreas con una alta carga de combustible, lo que es una auténtica bomba de relojería”.

A ello se añade, según dijo Hernández, con “la atomización de la propiedad” (es decir, muchos propietarios con poco terreno), el abandono agrario, la construcción de casas en el monte y la “escasísima conciencia del riesgo”.

CAMBIO CLIMÁTICO

Hernández señaló que otra causa son las condiciones meteorológicas, puesto que las precipitaciones en el otoño y el invierno hacen que crezca rápidamente la vegetación, pero la primavera y el verano suelen ser secos y favorece que se acumule “combustible”, de manera que el noroeste es la única zona de la península donde puede volver a producirse un incendio en un lugar que ardió dos o tres años antes.

El cambio climático también influye, según Hernández, por la “combinación perfecta” de olas de calor, sequía acumulada, baja humedad, vientos fuertes y vegetación muy seca, con lo que el fuego tiene un comportamiento más “extremo” y ha alargado los meses de alto riesgo entre abril y noviembre.

Hernández destacó que España destina 1.000 millones de euros anuales a la extinción de incendios forestales y 300 millones a la prevención, cuando aquélla “es la respuesta al incendio, no la solución”. “El sistema es perverso. A pesar de esos altísimos presupuestos, los grandes incendios forestales continúan yendo a más”, apostilló.

Criticó que dirigentes políticos como el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, o la entonces ministra de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, destacaran que tras la oleada de incendios del pasado mes de octubre en tierras gallegas había una trama incendiaria o que España está preparada para apagar los incendios y no contra los incendiarios, algo que, según agregó Hernández, han desmentido tanto la Guardia Civil como la Fiscalía de Medio Ambiente.

Por último, Rui Barreira abogó por crear “un eje conjunto” en la Península Ibérica para combatir los incendios forestales y destacó que en Portugal se quema un 20% más de superficie que España cuando tiene un 80% menos de área forestal.

Barreira comentó que el Gobierno portugués reaccionó tras el incendio que causó la muerte a 64 personas en junio con más presupuesto para extinción, pero indicó que “en un sentido insostenible y no preparando el futuro para que los incendios no sean tan grandes”.

“El cambio sí es posible, pero con acciones de fondo, no con pequeños cambios en extinción. Podemos y debemos ser más eficaces. Hay que mirar qué tipo de bosque debemos tener para los próximos años”, concluyó.

(SERVIMEDIA)
06 Jul 2018
MGR/caa