Así se pronunció en una entrevista en Onda Cero recogida por Servimedia, al ser preguntado por el momento en el que “se fastidió” la relación que mantuvo con Rajoy, al que señaló personalmente para ser su heredero y tomar las riendas de Génova.

Recordó que “le había elegido mucho antes”, al confiar en Rajoy la Secretaría General u otras actividades en “cargos muy importantes” como dirigir campañas en el PP, designarle para dirigir distintas carteras ministeriales o para la Vicepresidencia del Ejecutivo.

“Cuando se es presidente del Gobierno, la iniciativa para tener las relaciones le corresponde al presidente del Gobierno y la primera función del expresidente es estar tranquilo en la medida de lo posible”, sentenció el ahora presidente de la Fundación FAES.

Por tanto, adujo que “si el presidente del Gobierno cree que no tiene nada que hablar contigo es su responsabilidad” y que no tenía que ser él quien levantase el teléfono. “Eso no quiere decir que te lleves bien, mal o regular”, apostilló el que fuera líder de los populares.

Es más, continuó su crítica velada a Rajoy al decir que la primera persona a la que él recibió “el primer día” que estuvo en La Moncloa fue a Manuel Fraga, el anterior presidente de su partido. Le dijo entonces que así lo había decidido porque no podía olvidar las razones por las que estaba allí. “Lo que hicieron otros… Cada uno hace lo que le parece”, añadió.

Sobre las informaciones periodísticas que apuntan a que Rajoy estaría sopesando no ser presidente de honor del PP, cargo que ostentó Aznar y al que renunció tras su distanciamiento con el partido, indicó que “cada uno hace lo que le parece oportuno”.

En cuanto a si Rajoy trata de desmarcarse totalmente de sus actos, estimó que parece que a él “no le fue mal” con su forma de proceder. Dicho esto, se reivindicó como la persona que dejó como “legado” un centro-derecha “totalmente unido”. “Ahora no se puede decir eso”, arguyó.

“Mi legado fueron más de tres millones de votos de los que hay ahora”, prosiguió el exjefe del Ejecutivo. Preguntando entonces por qué eligió a Rajoy para sucederle, contestó que “había que garantizar al máximo que las cosas salieran bien” en un momento en el que “el 99,9% de los votantes o militantes del PP estaban en contra” de su decisión de retirarse.