Ciencia
El cambio climático acentúa las nubes brillantes en verano
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El aumento del vapor de agua en la atmósfera de la Tierra debido a actividades humanas está haciendo que sean más visibles las nubes brillantes situadas a una gran altitud, llamadas nubes noctulicentes y que aparecen al amanecer y al atardecer en verano y en latitudes medias a altas del planeta.
Así lo aseguran tres investigadores del Instituto Leibniz de Física Atmosférica (Alemania) en un estudio publicado en ‘Geophysical Research Letters’, una revista de la Unión Geofísica Americana. Los científicos indican que esas nubes extrañas pero cada vez más comunes y que se ven sólo en las noches de verano son un indicador del cambio climático causado por los humanos.
Las nubes noctulicentes son las más altas en la atmósfera de la Tierra. Se forman en la mesosfera (a unos 80 kilómetros sobre la superficie terrestre) cuando el vapor de agua se congela alrededor de partículas de polvo de los meteoros entrantes.
Las primeras nubes noctulicentes se observaron en 1885, después de que la europción del volcán Krakatoa (Indonesia) arrojara cantidades masivas de vapor de agua en el aire. Los avistamientos de esas nubes brillantes se hicieron más comunes durante el siglo XX. Los científicos comenzaron a preguntarse en la década de 1990 si el cambio climático las hacía más visibles.
Este tipo de nubes sólo pueden formarse en latitudes medias a altas de la Tierra en verano, cuando las temperaturas mesoféricas son lo suficientemente bajas como para que se formen cristales de hielo. Sólo son visibles al amanecer y al atardecer, cuando el Sol ilumina desde el horizonte.
Los seres humanos han inyectado cantidades masivas de gases de efecto invernadero en la atmósfera con la quema de combustibles fósiles desde que la revolución industrial se acentuara hace unos 150 años.
MÁS EMISIONES
En un nuevo estudio, los investigadores utilizaron observaciones satelitales y modelos climáticos para simular cómo los efectos del aumento de los gases de efecto invernadero por la quema de combustibles fósiles han contribuido a la formación de nubes noctilucentes en los últimos 150 años.
Los científicos modelaron la atmósfera del hemisferio norte y las nubes brillantes entre 1871 y 2008 para simular los efectos del aumento de los gases de efecto invernadero (como el dióxido de carbono, el metano y el vapor de agua) en la formación de nubes noctilucentes debido a la extracción y la quema de combustibles fósiles.
Las emisiones de metano han aumentado las concentraciones de vapor de agua en la mesosfera en aproximadamente un 40% desde finales del siglo XIX, lo que ha duplicado con creces la cantidad de hielo que se forma en la mesosfera. Los científicos concluyen que las actividades humanas son la razón principal por la cual las nubes noctilucentes se hacen más visibles ahora que hace unos 150 años.
Los investigadores encontraron que la presencia de nubes noctilucentes fluctuó de un año a otro e incluso de una década a otra, dependiendo de las condiciones atmosféricas y del ciclo solar, pero las nubes se volvieron significativamente más visibles durante todo el periodo de estudio.
Las razones de esta mayor visibilidad fueron sorprendentes, según Lübken, puesto que el dióxido de carbono calienta la superficie de la Tierra y la parte inferior de la atmósfera, pero en realidad enfría la atmósfera media, donde se forman las nubes noctilucentes. En teoría, este efecto de enfriamiento debería hacer que las nubes noctilucentes se formen más fácilmente.
"Especulamos que las nubes siempre han estado allí, pero la oportunidad de ver una era muy pobre en tiempos históricos", apunta Franz-Josef Lübken, del Instituto Leibniz de Física Atmosférica.
Los resultados sugieren que las nubes noctilucentes son una señal de que el cambio climático causado por los humanos está afectando a la atmósfera media, según los autores.
(SERVIMEDIA)
02 Jul 2018
MGR/gja