Según dijo, la decisión de qué hacer con esos restos “no nace” de la Iglesia “ni corresponde a ella su permanencia o no”. “Es otro ámbito, político o familiar, el que tiene que decidir”, agregó en la rueda de prensa celebrada en Madrid tras la Asamblea Permanente de los obispos.

Gil Tamayo recordó las recientes palabras del presidente del Episcopado, el cardenal Ricardo Blázquez, al respecto: “La cruz es el símbolo de la paz y el perdón, no es una cruz selectiva, ni de unos contra otros”. A lo que añadió que “el papel de la Iglesia es orar, pedir por el eterno descanso de los difuntos”.

En la citada asamblea, los prelados españoles abordaron diversas cuestiones, como la reciente reunión mantenida en un clima de "normalidad" por el cardenal Blázquez y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la legislación de la eutanasia. Además, pidieron a la comunidad internacional trabajar en los países de origen para que las personas migrantes no tengan que abandonar sus países y formar parte, en muchos casos, del “cementerio” en el que se ha convertido el Mediterráneo.

Los obispos también trataron la labor que se está haciendo en la reforma de la Conferencia Episcopal para lograr una mayor interacción entre las diócesis; la situación de la clausura femenina, que convierte a España en la segunda potencia mundial en número de contemplativas (8.855 monjas en 766 conventos) y la creación, este jueves, de catorce nuevos cardenales en Roma, dos de ellos españoles, nombramientos que producen “alegría”, “ogullo” y “reconocimiento” del Papa a la vida consagrada en España.