Así lo dijo en la rueda de prensa posterior a la Asamblea Permanente que los obispos han celebrado esta semana en Madrid, en la que concretó que el Ejecutivo socialista les ha hecho llegar a los prelados un clima de “normalidad” y “cooperación”.

A través de su portavoz, los obispos mostraron “satisfacción” por el trato que se dio en la citada reunión en La Moncloa por asuntos como las relaciones Iglesia-Estado, y recalcaron que la Iglesia “no es un contrincante político”, aunque en ese clima de “normalidad” institucional, la Iglesia dirá “lo que tiene que decir en el ámbito social y político” y “se va a mover con libertad” porque "tiene una palabra que decir a sus fieles y a las personas de buena voluntad que lo quieran acoger".

Frente a la “normalidad” y el “diálogo” en esos acuerdos, reclamó el secretario general de los obispos, “hay que huir de lenguajes apocalípticos y de profetas de calamidades”. “A sí se ha entendido”, aseveró, “aunque luego haya algún espontáneo en la plaza con discursos del siglo XIX”.

En el encuentro con Pedro Sánchez, el cardenal Blázquez también le resumió la memoria de actividades que la Iglesia acaba de presentar, y cuyos datos muestran que colocaría a la institución “entre la tercera o cuarta comunidad autónoma por su volumen”, comparó. “La Iglesia no es un ser invisible en la sociedad española”, aseveró. “Eso lo reconoce el Gobierno”, sentenció.