Dopaje
La Policía Nacional detiene a seis atletas en una operación contra el dopaje
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La Policía Nacional ha detenido en Madrid, Valencia y Zaragoza a seis atletas por su presunta implicación en una trama de dopaje deportivo, dividida en dos ramas asentadas en Calatayud (Zaragoza) y Madrid.
El Ministerio del Interior informó este jueves en un comunicado del dispositivo operativo puesto en marcha por los agentes, que se saldó con la detención de tres atletas en la provincia de Zaragoza, dos en Madrid y uno en Valencia. Se registraron seis inmuebles en estas ciudades y se incautaron medicamentos como la hormona del crecimiento, insulina, testosterona, vitaminas inyectables y elementos para la práctica de autotransfusiones.
La organización traficaba con medicamentos para mejorar el rendimiento deportivo y se dividía en dos ramas. Una marroquí, asentada en la localidad aragonesa de Calatayud, la cual utilizaban como base de distribución y venta de los productos dopantes, y otra etíope con sede en Madrid.
La organización tenía un alto grado de especialización y un contacto personal entre sus miembros. Para su abastecimiento, aprovechaban los viajes de diferentes deportistas de alta competición a Marruecos, Francia e Italia para utilizarles como ‘correos’ y transportar el material oculto en sus equipajes.
“ZANAHORIAS” INYECTABLES Y “GUISANTES” EN PASTILLA
La investigación comenzó a partir de informaciones recibidas por los agentes que implicaban a un atleta profesional en una trama de tráfico ilegal de medicamentos y de dopaje en el deporte. Los policías comprobaron que ejercía como entrenador de atletismo en Calatayud (Zaragoza) y que, habitualmente, contactaba con deportistas para realizar intercambios en mano de lo que parecían ser productos farmacéuticos. Además, se pudo constatar que su pareja sentimental era una deportista de alta competición que se encuentra bajo sanción administrativa durante cuatro años por positivo en dopaje.
La Policía acreditó que la organización se dividía en dos grupos en continua conexión. Por un lado, la rama marroquí liderada por el entrenador investigado y conformada junto a su pareja sentimental y dos atletas profesionales, que se encargaban de facilitar los contactos para intercambiar productos dopantes con otros deportistas. Por otro, la rama etíope que conseguía los medicamentos ilegales para la organización.
Los investigados utilizaban un lenguaje propio para identificar los productos, hablando de “zanahorias” para referirse a inyectables o de “guisantes” para indicar pastillas o píldoras.
(SERVIMEDIA)
21 Jun 2018
AMI/gja/caa