Margallo se pronunció en estos términos en declaraciones a los periodistas antes de entregar en la sede nacional del PP alrededor de 500 avales para concurrir oficialmente al proceso congresual que se ha abierto tras la marcha de Mariano Rajoy.

“Esto es elegir entre continuismo y reforma”, sentenció, antes de proclamar que irá “hasta el final” y después “veremos qué pasa con la militancia y cuando queden dos candidatos veremos cuál presenta un proyecto más parecido al que estamos defendiendo”.

Se refirió así a que el 5 de julio votará por primera vez la militancia para elegir al líder del PP y serán los dos precandidatos con más apoyos los que pasarán a una segunda vuelta, que ya se celebrará en el Congreso Extraordinario de julio, en la que decidirán los compromisarios.

De no llegar al congreso del adiós a Rajoy, Margallo pensará en apoyar al proyecto que sea “mejor para regenerar el partido” y hacer del PP un “organismo vivo” que devuelva a los militantes “la alegría” de participar en la vida pública.

"NO ES UN CONCURSO DE BELLEZA"

Evitó valorar si las últimas informaciones sobre el máster de Pablo Casado pueden afectarle en su carrera a la sucesión, ya que “bastante” tiene con ver cómo está su propia candidatura. En todo caso, remarcó que esto se trata de “discutir ideas” y “no es un concurso de belleza ni Miss América”.

“Aquí estamos intentando buscar un candidato que oiga la voz de España”, indicó. Dicho esto, manifestó que es “absolutamente falso” que su candidatura se sustancie contra la de Soraya Sáenz de Santamaría. “¿Cree que tengo edad de hacer candidaturas contra nadie?”, preguntó.

Así las cosas, el exminsitro de Asuntos Exteriores se mostró a favor de hacer “todos los debates que sean posibles” con los contendientes y apuntó a un debate en Cataluña y a tratar el tema de las pensiones o la demografía. “Lo único que no vale es desentenderse”, avisó.

En cuanto al apoyo de los exministros Íñigo de la Serna, Fátima Báñez o Alfonso Alonso a la exvicrepresidenta dijo que “probablemente haya más” porque es “lógico que se pueda pedir una correspondencia” cuando “ha estado seis años de vicepresidenta y ha nombrado ministros”.

No obstante, confirmó que también cuenta con el apoyo de “varios” exministros que son “amigos”. “Hay un grupo bastante numeroso y yo diría que bastante reformista”, señaló Margallo, aunque no quiso avanzar quiénes son. “Que lo digan ellos”.