En una sentencia, los magistrados de la Sección Tercera de la Sala de lo Penal condenan a Belaid Mohand Al-lal y a Suliman Mohamed Makrani por la figura agravada del delito de desórdenes públicos del artículo 557 bis del Código Penal, al apreciar las circunstancias concurrentes de la duración de los incidentes, la creación de una situación de riesgo en la vía pública, así como un peligro real de acometimiento a los agentes policiales.

La Fiscalía había solicitado una condena por delito de amenazas terroristas (subsidiariamente, por desórdenes públicos terroristas y atentado a agentes de la autoridad), si bien la Sala considera que no resulta viable dicha calificación jurídica al producirse el anuncio de males genéricos sin la suficiente concreción en el contexto.

Los hechos probados de la sentencia relatan cómo el 23 de junio de 2017, con ocasión del operativo desplegado en Melilla en el que se llevaba a cabo el registro de la vivienda de un detenido en la calle Cuesta de la Viña por un delito relacionado con el Estado Islámico, los dos acusados se apostaron frente al cordón policial que se había montado con el fin de garantizar un perímetro de seguridad y evitar la obstrucción de la actividad policial.

Durante el tiempo que duró el operativo, de varias horas y consistente en el registro de una vivienda y un local, los dos acusados, en la idea de que se vinculaba al detenido con una operación antiterrorista al observar las medidas de seguridad adoptadas con el uso de pasamontañas de los agentes, se dedicaron “en incontables ocasiones” a lanzar expresiones de ánimo al detenido, al que conocían por ser de la comunidad musulmana, y a “increpar a la fuerza actuante a fin de conseguir que el grupo de apostados supusiera un tumulto”.

“Por efecto de su actitud, consiguieron que en algunos momentos se concentraran entre sesenta y setenta personas y en el más álgido hasta cien, de las que en torno a treinta dificultaban el quehacer policial mediante consignas, al tiempo que se empujaba el cordón policial”, describe la sentencia.

Tanto Suliman, condenando por delito de atentado a agente de la autoridad, como Belaid, investigado por delito de colaboración en organización terrorista, se dirigieron, continúa la Sala, a los agentes de la Guardia Civil con expresiones que obligaron a ampliar el cordón de seguridad.

En concreto, Belaid les dijo: “Las vais a pagar”, señalando con el dedo hacia el cielo, mientras que el otro acusado les avisaba de que tenían conocimiento del hotel en el que se alojaban y los locales que frecuentaban. Más tarde, Suliman, según el relato de los jueces, continuó dirigiendo el grupo hostil con expresiones como “es una batalla, esto no va a quedar así”, “la vamos a ganar”, “os vamos a hacer saltar por los aires”, “os vamos a atravesar”, “sois unos perros corrompidos por el Gobierno” o “recuperaremos Al Andalus y arderéis todos“. Belaid, por su parte, le seguía a voces con frases como “daremos la vuelta a la tortilla”, “si tuviese algo afilado os atravesaría a todos”, que enlazaba con otras como “pronto moriré, no voy a cumplir cuarenta años” o “ya estoy en la calle”.

Una vez terminado el operativo y cuando se marchaban las fuerzas de seguridad, los agentes fuera despedidos con gritos de “fuera, fuera” y, ambos acusados, indica la resolución, con su actuación, consiguieron que les lanzaran objetos.