Lo dijo en el acto de toma de posesión de ministra de Defensa en la que estuvo acompañada de la ministra de Defensa saliente, María Dolores de Cospedal, y los altos cargos salientes del Ministerio, personalidades socialistas como José María Barreda, Antonio Pradas, José Montilla o José Enrique Serrano; y exministros del PSOE como María Teresa Fernández de la Vega y Gustavo Suárez Pertierra.

También estuvo arropada por diputados socialistas como Zaida Cantera; el jefe de Estado Mayor de la Defensa (Jemad), general Fernando Alejandre; el jefe de Estado Mayor del Ejército se Tierra (jeme), general Francisco Javier Varela; el jefe de Estado Mayor de la Armada (Ajema), almirante Teodoro López Calderón; el jefe de Estado Mayor del Ejército del Aire (Aire), general Javier Salto; el jefe de la Unidad Militar de Emergencia (UME), teniente general Miguel Alcañiz, y el director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), general Félix Sanz Roldán.

La nueva ministra de Defensa, que recibió la cartera de manos de Cospedal, comenzó su alocución recordando que desde los 23 años ejerce como servidora de lo público luchando contra el terrorismo y al servicios del Estado de derecho, y dejó claro que formar parte del Gobierno de España es el "mayor orgullo" que puede tener.

Destacó que el Ministerio de Defensa tiene encomendado en el artículo 8 de la Constitución la "defensa y protección" de los valores constitucionales.

Esto le sirvió para lanzar un mensaje velado al desafío independentista catalán al aseverar que "con la Constitución, todo: diálogo y tolerancia; fuera de ella, nada" y subrayar que la consecución en España de un régimen constitucional costó mucho "sufrimiento" y "clandestinidad".

Elogió la labor de las Fuerzas Armadas, que realizan un trabajo "serio", "discreto" y "callado", que "no es suficientemente reconocido". Por ello, aprovechó para trasladar a todos los militares que tendrán "en su ministra a su principal apoyo".

Homenajeó a los 330 militares fallecidos en acto de servicio y dejó claro que está dispuesta a "pedir perdón las veces que haga falta", ya que, a su juicio, una de las principales virtudes de un servidor público ha de ser la "humildad", en lo que se interpretó como un recuerdo a las víctimas de la tragedia del Yak-42, ocurrida el 26 de mayo de 2003, en la que fallecieron 75 personas, entre ellas 62 militares españoles.

La nueva ministra alardeó de que los militares representan la "mejor imagen de España" y se congratuló de que las Fuerzas Armadas estén "perfectamente entroncadas e incardinadas" en la sociedad española.

Además, manifestó que modernidad de las Fuerzas Armadas está vinculada a la modernidad de España y de la Constitución, lo que le permitió lanzar un mensaje de tranquilidad al confirmar que durante su gestión al frente del Ministerio de Defensa mantendrá un "línea de continuidad" en aras del interés general.

Robles remachó su discurso recordando las siguientes palabras de la desaparecida Carmen Chacón, primera mujer al frente del Ministerio de Defensa (2008-2011): "desde el amor profundo por España, voy a trabajar. Quiero a España, una España diversa y unida. Por la paz y la libertad". La nueva ministra de Defensa culminó su intervención brindando por el Rey y por España.

Antes de que se produjera el simbólico intercambio de cartera, Cospedal tomó la palabra Cospedal, quien manifestó que ha sido un "regalo inmerecido" trabajar "por y para España".

Agradeció la confianza depositada en ella para ejercer como ministra de Defensa y apuntó que "la entrega que se vive en esta casa (por el Ministerio de Defensa) cuenta tiene una dimensión desconocida". Por último, se dirigió a Robles para desearle "todas las suertes del mundo porque será la suerte de España".

Previamente, la nueva ministra de Defensa presidió una parada militar en la recibió honores de ordenanza y pasó revista a la tropa compuesta por una compañía de honores del Ejército de Tierra, la Armada, el Ejército del Aire y la Guardia Civil por primera vez como ministra acompañada por el Jemad.