Según informa el sindicato USCA, estos controladores, por cuestiones de seguridad, no acataron la orden de la dirección del aeropuerto de ampliar el horario de las instalaciones para permitir la salida de un vuelo que pretendía incumplir el horario operativo del aeródromo.

Por ello, los controladores fueron despedidos en enero de 2017, después de que el 21 de noviembre de 2016 el responsable del aeropuerto les ordenara ampliar el horario operativo, ya que un vuelo no había despegado en el horario previsto por indisposición de una pasajera.

El controlador que estaba de servicio y el jefe de la torre consideraron que la orden incumplía la normativa vigente, ya que procedía de una persona sin autoridad para ello, y no existía un plan de vuelo vigente para autorizar la operación.

La sentencia judicial da la razón a USCA y declara que los trabajadores actuaron correctamente y la dirección del aeropuerto de Fuerteventura, gestionada por Aena, se extralimitó en las decisiones tomadas, vulnerando además la legislación vigente.

En consecuencia, el juez considera que el “incumplimiento por parte de los trabajadores de las órdenes empresariales recibidas no puede ser castigado pues los demandantes probaron suficientemente que existía una excepción al deber de obediencia debida".

Ante esta sentencia, USCA critica que Saerco haya rechazado readmitir a los controladores, especialmente cuando exige a aquellos que quieren abandonar la empresa una notificación previa de al menos cinco meses de antelación, alegando la supuesta dificultad que tiene para reemplazarlos.