En su réplica a los grupos parlamentarios en la segunda sesión del debate de su investidura que le encumbrará como presidente, Torra ironizó con que, después de achacarle el sábado que sólo hablara del proyecto independentista y no de los “problemas reales” de la gente, hoy, que detalló su programa, sólo la portavoz de Ciudadanos, Inés Arrimadas, le preguntara por un tema, las listas de espera en la Sanidad. Además, atribuyó el menor gasto por habitante en sociedad y educación de la Generalitat respecto a la media europea al déficit fiscal que sufre Cataluña respecto al Estado.

Al líder del PSC, Miquel Iceta, quien le había preguntado si respetará el marco legal vigente, le contestó que “el único al que debo obediencia es al pueblo de Cataluña y a este parlamento”, y que el artículo en el que interpretó que la raza del socialismo catalán se deterioró al mezclarse con el español era solamente “irónico”.

Al portavoz de Catalunya en Comú, Xavier Domènech, le respondió que considera catalanes a los 7,5 millones que viven y trabajan allí, y que “sí, somos un solo pueblo”, y le prometió que el catalanismo siempre estará “del lado del progresismo”, aunque es muy transversal.

A los “compañeros de la CUP” les dio la gracias por la abstención que le permitirá ser investido y le hizo un “encargo”: “Manteneos alerta por si alguna vez caemos en la tentación del autonomismo. Sacad la bandera roja y pedir todas las aclaraciones que queráis, porque nos estaríamos equivocando”. Según dijo, para “un reto colosal” como el que tienen los independentistas, hace falta un proyecto de 70 diputados y con la CUP como alerta, porque “si no, no tendremos éxito”.

Finalmente, al PP le dijo que gobernará para todos y que estaría “encantado” de ir a la Moncloa si le llama el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y le advirtió de que no les dan miedo las amenazas. “Las hemos superado”, proclamó.