En su discurso en el debate de investidura, que pronunció casi enteramente en castellano, Albiol comenzó advirtiendo a Torra de que si puede ser investido presidente es porque España es una democracia, y que por la misma razón el Estado intervendrá si “pasa de las palabras a los hechos” y él acabará como sus predecesores. Lamentó que, tras oír a Torra, no le queda “ninguna esperanza” de que las cosas vayan a cambiar con un discurso “incendiario” que obvió a más de la mitad de los catalanes y mostró su intención de mantener la “provocación” y el “conflicto” y no de “coser la fractura” que ha causado el proceso independentista y “pasar página”, como interpretó que le pide la sociedad.

Preguntó a Torra cómo pretende que la oposición le tome en serio cuando él mismo se ha desautorizado al autodefinirse como un presidente provisional, lo que aumenta aún más el descrédito de las instituciones y la “gasolina para apagar el fuego”. Le espetó que no puede entender Cataluña y que está condenado a enquistar la situación, y le preguntó quién actuará como representante de la Generalitat en varios actos, si él o Carles Puigdemont, y de quién parten las iniciativas de revertir las medidas del Gobierno del artículo 155, si de uno o de otro.

"RADICAL" Y "OBEDIENTE"

Auguró que si es candidato no es por ser el más capaz, sino “el más radical y el más obediente”, y le preguntó directamente si está dispuesto a aceptar las normas del juego democrático o sigue pensando que el fin justifica los medios. Además, insistió en que pida perdón por escribir cosas como las de sus tuits que acusaban a los españoles de no tener vergüenza o de sólo saber expoliar. “Con usted, el independentismo radical ha doblado la apuesta”, denunció.

En catalán, recalcó que la investidura de Torra será la victoria del Estado de Derecho, porque jurará la Constitución española, y será “un presidente autonómico”, porque en Cataluña no hay una república, sino una democracia que garantiza los derechos de todos, porque “Cataluña la formamos todos” los que viven en la comunidad. Volviendo al castellano, garantizó que ninguna de las pretensiones de Torra acabarán convirtiéndose en realidad, y que, si sigue con su empeño, “su libertad acabará donde empiecen nuestros derechos”.