Ábalos compareció en rueda de prensa en Barcelona junto al secretario de Organización del PSC, Salvador Illa, tras una reunión de trabajo que muestra una relación "permanente" entre ambos partidos como, apuntó, debería ser la relación entre Cataluña y el resto de España.

Su deseo ante la previsible investidura de Torra es que sea "autónomo", que no sea un presidente "interpuesto". Reconoció, no obstante, que a los socialistas les llama la atención como la derecha, sea catalana o española, tiene "comportamientos muy similares" y tanto en Madrid como en Cataluña designa a sus candidatos "por el mecanismo digital".

Ábalos juzgó "absolutamente decepcionante" el papel de Ciudadanos, que entiende que ha "dilapidado el caudal de confianza" que los catalanes depositaron en esa formación en las últimas elecciones, al no haber hecho "nada" para asumir su responsabilidad como partido más votado y supuestamente partidario de mantener a Cataluña en el proyecto común de España.

SIN EL "MÍNIMO ESFUERZO"

Aunque se justifica en la aritmética parlamentaria, Ábalos subrayó que la política "va más allá" y debe preservar la convivencia, pero Ciudadanos "no ha hecho el más mínimo esfuerzo" por acordar con otras fuerzas constitucionalistas con las que, pese a tener diferencias, comparte ese objetivo de mantener a Cataluña dentro de España. "Se han dedicado a insistir en la diferencia" y a "jugar, como siempre, al exclusivismo, que es tanto como decir excluir", denunció.

Después de que Rivera exigiera mantener la vigencia de la aplicación del artículo 155 de la Constitución en Cataluña hasta que Torra acate expresamente la Constitución, Ábalos subrayó que el nuevo presidente de la Generalitat tendrá que jurar o prometer la Carta Magna para asumir su cargo, y no solo eso sino que además tendrá que comprometerse a hacerla cumplir. Más allá de la ceremonia, Ábalos apuntó que ese acto tiene que tener "alguna credibilidad".

Subrayó, además, que los socialistas advirtieron de la posible necesidad de aplicar el 155 pero "nunca quisimos" que llegara el momento de tenr que aplicarlo, y su apuesta ha sido siempre por el diálogo para dar una solución política a la situación de Cataluña.

"JEKYLL Y HYDE"

En su opinión, Rivera "se hace oposición a sí mismo" y se está convirtiendo en una especie de "Jekyll y Hyde", que olvida que la aplicación de la Constitución no es "ocasional ni oportunista" sino que debe interpretarse y aplicarse tal y como se aprobó en el Senado, institución a la que compete el seguimiento y que estableció el fin de esa medida en el momento en que haya un gobierno en la Generalitat "de acuerdo con la legalidad".

Si ese Gobierno "volviera a incurrir en los supuestos que ya hemos experimentado", precisó, se volverían a aplicar los mecanismos institucionales, pero es no es "la intención ni la voluntad" de los socialistas, ni tampoco "nuestra esperanza", que es recuperar la normalidad en Cataluña y el respeto a la legalidad y al conjunto de los ciudadanos.

Illa pidió también a Torra que respete la legalidad, que gobierne para el conjunto de los catalanes y que abra un diálogo, primero interno oara "romper la dinámica de bloques" y después con el Gobierno de España para hacer posible "una Cataluña mejor en una España distinta".

Tanto Illa como Ábalos criticaron los mensajes en los que Torra expresaba su desprecio a España y le instaron a disculparse por ellos. Más allá de "cierta xenofobia", dijo Ábalos, cuando se ocupa una función como la que él va a desarrollar "hay que estar pendiente siempre de unir, no dividir", por lo que cree que "tendría que someterse a cierta desprogramación" para ejercer una función "tan digna" como la de presidente de la Generalitat de Cataluña.