Según una comunicación remitida por IAG a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), el beneficio operativo de las aerolíneas del grupo ascendió a 280 millones, un 75% más.

Los extraordinarios se debieron básicamente al cierre de los planes de pensiones NAPS y BARP de British Airways, que permitieron una reducción excepcional del pasivo por prestaciones definidas por valor de 872 millones de euros y de los costes en efectivo asociados por acuerdos transitorios por valor de 192 millones de euros. Estos importes se presentan netos como partida excepcional de 678 millones de euros dentro de la cuenta de resultados.

En su conjunto, las aerolíneas del holding obtuvieron unos ingresos de 5.022 millones, un 2,1% más. Por venta de billetes facturaron 4.415 millones, un 3,4% más.

Sin tener en cuenta las partidas excepcionales, el resultado después de impuestos fue de 206 millones de euros, un 186% superior a los 72 millones de 2017.

Por otro lado, los gastos ascendieron a 4.742 millones, un 0,4% menos. El combustible supuso un coste de 1.112 millones, un 4,7% más, y el personal de 1.154, un 0,2% más.

Al cierre del trimestre, la deuda neta de IAG era de 6.447 millones de euros, un 9,2% menos que un año antes, cuando ascendía a 7.098 millones.

En cuanto a sus perspectivas, IAG explica que, a los niveles actuales del precio del combustible y tipos de cambio, aún espera que su beneficio de las operaciones en 2018 muestre un incremento respecto al año anterior, cuando alcanzó 3.015 millones.