Días antes de que ETA previsiblemente oficialice su disolución, el ministro del Interior, Juan Ignacio Zoido, afirma en un artículo publicado en ‘El Mundo’ recogido por Servimedia que la banda terrorista “ha tardado demasiado” en desintegrase, pero “ha asumido al fin que ha sido derrotada, que no ha conseguido sus objetivos ni los va a conseguir nunca y ha decidido renunciar a unas simples siglas vacías y en descomposición”.

El ministro alerta de que “del mismo modo que las Fuerzas de Seguridad fueron determinantes en su derrota, ahora también serán quienes verificarán y certificarán si es cierta”, y “seguirán persiguiendo a los terroristas y trabajando para esclarecer los asesinatos que quedan por resolver”.

En este sentido, advierte de que “como siempre y para siempre, no habrá impunidad porque no puede ni debe haberla. Y porque así se lo debemos a los más de 800 asesinados y 7.000 víctimas y a todos los que sufrieron su chantaje y coacción”.

Más allá de escenificaciones, dice Zoido, “lo único importante es que la marca de ETA desaparezca para siempre de nuestras vidas” y que “no hay etapas intermedias”. “Está operativamente derrotada, con sus dirigentes en prisión y sin futuro. Ésa es la realidad, una realidad que no puede cambiar ni tapar ningún teatro. Al igual que tampoco puede borrar tanto dolor causado ni tanta sangre y lágrimas derramadas”, añade.

Como cierre de la reflexión, el ministro alude al comunicado de ETA de unos días en el que “pese a asumir públicamente la derrota tras tantos años, estas palabras llegan tarde y mal, ya que pedir un perdón falso y selectivo, repartir las culpas y justificar sus crímenes no parecen los mejores elementos para demostrar arrepentimiento”.

“El perdón no puede ser sólo una palabra, requiere de una actitud sincera, humilde y arrepentida. Y también de mucha valentía”, concluye.