En declaraciones a Servimedia, el dirigente popular se refirió así a que la Asamblea Nacional cubana eligió el pasado jueves a Díaz-Canel, que hasta la fecha era primer vicepresidente cubano, como nuevo presidente de Cuba en sustitución de Raúl Castro, que ha ostentado el poder en la isla los últimos 12 años.

Aunque a De Luis le gustaría que la llegada de Díaz-Canel a la Presidencia de Cuba se tradujera en progreso para los cubanos, cree que su “principal objetivo ahora es intentar conseguir dinero de inversión extranjera para solucionar los problemas de la isla” en vez de trabajar para lograr mejoras que beneficien “directamente” a los cubanos.

Según el parlamentario popular, esta elección es “poco esperanzadora” porque se prevé que sea “el continuador de la dictadura de los Castro y va a seguir tutelado por Raúl Castro”. En todo caso, compartió el deseo del ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, Alfonso Dastis, de que este cambio se traduzca en “mejoras reales para los cubanos”.

Para que así sea, llama la atención de la Unión Europea para que “no olvide a Cuba” y sea capaz de decir que en este país existe un déficit de garantías para los trabajadores, que han de pasar por la empresa estatal para ser contratados y no cuentan con libertad sindical.

Conseguir que los trabajdores sean contratados “libremente” y que se puedan asociar en defensa de sus legítimos derechos sería, a juicio de este diputado nacido en La Habana, un paso “muy fácil” para que se pueda hacer “una transición en beneficio del pueblo cubano en su integridad”. Lo contrario, advierte, es consentir la “explotación de la mano de obra”.

En su opinión, Europa no debe dar “un solo euro” a Cuba si los inversores extranjeros tienen que ir a una empresa “controlada por el Gobierno” que no prima la productividad del empleado. “Eso es un elemento más del control sobre el pueblo cubano, lastra el desarrollo del modelo económico”, denuncia.