ETA

Los obispos se alegran de la disolución de ETA pero advierten de que “la tarea más difícil” es la “reconciliación”

MADRID
SERVIMEDIA

El portavoz y secretario general de la Conferencia Episcopal Española, José María Gil Tamayo, se alegró este viernes de que la organización terrorista ETA se disuelva y con ella se quede atrás “el sufrimiento y el dolor causado”. Sin embargo, advirtió de que la tarea que queda de reconciliación es “el trabajo más difícil y costoso, el que lleva más tiempo” y precisa más “generosidad”.

Así lo dijo durante la rueda de prensa posterior a la 111ª reunión de la Asamblea Plenaria de la CEE, que ha citado esta semana a los obispos en Madrid para hablar, entre otras cosas, sobre las vocaciones y el próximo sínodo de jóvenes que se celebrará en octubre, en Roma.

Gil Tamayo dio “gracias a Dios” por el anuncio de los terroristas porque consideran “una pesadilla horrible de sangre y dolor” la utilización de la violencia, que en este caso se ha usado, además “con perversión” y “ha sido un lastre en la historia democrática de nuestro pueblo”, dijo.

El portavoz de los obispos tuvo un “recuerdo” para los familiares de las víctimas y mostró “cercanía al sufrimiento” que tienen, sufrimiento “que no terminará con una declaración”. “No se justifica el terrorismo. Es siempre una acción perversa. Nadie puede justificar la muerte de inocentes”, aseveró, en referencia a la “larga lista” de víctimas causadas por ETA en las últimas décadas.

Los obispos también se felicitaron porque este anuncio “ha sido la victoria de la democracia” y del pueblo español, pero llamaron a que “la reconciliación, la convivencia pacífica y el perdón lleven a evitar en el futuro iniciar el camino de violencia para defender unas ideas”. Para ello, argumentó Gil Tamayo, la democracia y la ley ofrecen “los cauces” para ejercer la libertad de expresión.

Finalmente, el portavoz subrayó que la Iglesia, “especialmente en el País Vasco” ha “ayudado” y “ayudará” en esos caminos de reconciliación.

(SERVIMEDIA)
20 Abr 2018
AHP/man