Así, tomó razón de la declaración de emergencia de las actuaciones hidrológico-forestales para paliar los daños causados por el incendio forestal iniciado en el término municipal de Melón (Orense), que se extendió por el término municipal limítrofe de Carballeda de Avia y se internó ligeramente en los de Leiro y Avión.

Afectó a un total de 5.965,86 hectáreas de uso forestal, de las que 3.233,70 eran arboladas de gran valor ambiental y de protección de suelos. Los daños afectaron a zonas donde la vegetación desempeña un importante papel de control de la erosión y mejora de la biodiversidad, además de su gran valor paisajístico.

Las obras, con un presupuesto máximo de 1,5 millones de euros, incluyen actuaciones para el tratamiento de la vegetación, la mejora de infraestructuras y la creación de discontinuidades en vaguadas.

El Gobierno considera necesario actuar contra la erosión y retirar la madera quemada y los restos que impiden que la vegetación se regenere, hecho que reducirá el riesgo de ataque de plagas forestales sobre los árboles dañados, que podrían afectar al resto de la masa colindante no dañada por el incendio.

PONTEVEDRA

Por otro lado, el Consejo de Ministros ratificó la declaración de emergencia de las actuaciones hidrológico-forestales para paliar los daños causados por el incendio forestal que se produjo el pasado mes de octubre en diversos términos municipales de Pontevedra.

El fuego se inició en Padrons (parroquia del Ayuntamiento de Ponteareas), se extendió hacia el norte y afectó a los municipios de Mos, Pazos de Borbén, Fornelos de Montes Redondela, Soutomaior, Pontecaldelas y Cotobade.

Las llamas llegaron a 8.877 hectáreas, de las que aproximadamente la mitad eran arboladas y la otra mitad rasas. Los daños forestales alcanzaron zonas donde la vegetación también desempeña un importante papel de control de la erosión y mejora de la biodiversidad, además de su gran valor paisajístico.

El objetivo principal de esta actuación, que supone una inversión máxima de 1,5 millones de euros, es disminuir el aporte de cenizas y arrastres, contribuyendo así al restablecimiento de la vegetación existente en la zona, así como garantizar el suministro de agua potable y evitar la proliferación de plagas y de procesos erosivos.

Las obras también actuarán contra la erosión y supondrán la retirada de la madera quemada y los restos que impiden que la vegetación se regenere, lo que reducirá el riesgo de ataque de plagas forestales sobre los árboles dañados.