Violencia infantil
Una ONG calcula que 40.000 españoles viajan cada año para abusar de menores
- Países como Rusia, México, Marruecos o Sudáfrica son puntos calientes de prostitución infantil
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La ONG Educo, dedicada a la protección de la infancia, calcula que 40.000 españoles viajan cada año buscando sexo con niñas, niños y adolescentes, de manera que aunque la esclavitud sexual infantil “nos puede parecer un problema lejano”, sigue presente en el primer mundo con cómplices que perpetúan esta aberración.
Países como Rusia, México, Marruecos o Sudáfrica son puntos calientes de la prostitución infantil, que afecta a millones de niños y niñas a pesar de ser una práctica oficialmente prohibida en casi todos los países del mundo.
En este sentido, la responsable de protección infantil de Educo, Laurence Cambianica, explicó que “actualmente consideramos como niños y niñas esclavos del siglo XXI aquellos que son forzados a prostituirse, a traficar con drogas, a ser soldados en las guerras, a mendigar o a trabajar en condiciones infrahumanas".
“Aunque son muchos los gobiernos que trabajan para acabar con estas atrocidades, las medidas que se están llevando a cabo son absolutamente insuficientes”, denunciaron desde la ONG.
Por eso Educo exige al Gobierno de España y a la comunidad internacional que adopten “con urgencia” medidas eficaces para poner fin a cualquier forma de esclavitud moderna, y señaló que, aunque las víctimas pueden superar esta situación, “las consecuencias de por vida son irreparables”.
MINAS DE BURKINA FASO
Desde 2017, Educo trabaja para erradicar la esclavitud infantil en las minas de oro de Burkina Faso. En el país hay 200 minas reconocidas oficialmente y más de 700 ilegales que emplean a más de un millón de personas, de los que casi 20.000 son niños, niñas y adolescentes.
“Muchos dejan la escuela para trabajar en las explotaciones mineras”, denunciaron desde la ONG. Para los responsables de las minas, la mano de obra infantil es un importante ahorro de costes y para las familias se trata de un ingreso más, muchas veces indispensable.
A causa de este trabajo, los menores pueden sufrir graves problemas respiratorios por el polvo de las minas, enfermedades neurológicas provocadas por el uso de productos tóxicos como el mercurio o importantes problemas de espalda por el peso que cargan, entre otros. Asimismo, al ser un entorno en el que se consumen alcohol y drogas, también están expuestos a abusos físicos, psicológicos y sexuales.
(SERVIMEDIA)
13 Abr 2018
GIC/caa