En el caso de las pensiones contributivas, el gasto aumenta un 3,5% teniendo en cuenta una revalorización con carácter general del 0,25%, el incremento del colectivo de pensionistas y la variación de la pensión media.

Mientras, para las pensiones más bajas se ha consignado una subida superior al 0,25%. Entre estas destaca la subida del 3% para las pensiones mínimas, del 1,5% para las pensiones contributivas inferiores a 9.800 euros anuales y del 1% para las inferiores a 12.040 euros.

Para el caso de las pensiones de viudedad que no tengan otra fuente de ingresos distinta a la pensión, verán incrementada su cuantía como consecuencia de la elevación de dos puntos en el tipo aplicable a la base reguladora para el cálculo de esta pensión.

Todas estas medidas de mejora de las pensiones más bajas alcanzarán a casi 5,3 millones de pensionistas y tendrán un coste estimado de 1.025 millones de euros.

Además, un colectivo de aproximadamente un millón de pensionistas se beneficiará de la reducción en el IRPF para rentas inferiores a los 18.000 euros anuales.

En total, dentro de las pensiones contributivas las más importantes cuantitativamente son las de jubilación, que ascienden a 90.261 millones, seguidas por las pensiones de viudedad, que suponen 22.039 millones, y las de incapacidad, que suman 12.642 millones. Las pensiones de orfandad y en favor de familiares alcanzan los 2.168 millones.

En el caso de las pensiones no contributivas, figura en el Presupuesto del Imserso un crédito de 2.380 millones de euros (excluido País Vasco y Navarra) que permitirá atender el coste derivado de la variación del colectivo de la política de mejora de las pensiones más bajas, con un incremento del 3%.