Lo dijo en su intervención en el turno de palabra abierto por el presidente del Parlamento de Cataluña, Roger Torrent, tras suspender la segunda votación de investidura como presidente de la Generalitat de Jordi Turull, en prisión provisional.

Sus primeras palabras fueron para agradecer “la valentía y la fuerza” de las familias de los dirigentes políticos encarcelados el día anterior tras ser procesados, presentes en la tribuna de invitados y que recibieron un prolongado aplauso de la mitad independentista del Parlamento puesta en pie.

El “crimen monstruoso” por el que esas personas están en prisión preventiva, aseguró, es haber querido dar la palabra a los catalanes, querer votar, y pedir que se hiciera de manera pacífica. La decisión judicial, sentenció, es “una ofensa” al honor de quienes han servido “con pulcritud” a su pueblo.

“Nos quieren mudos, nos quieren callar, nos quieren atemorizar, nos quieren espantar, nos quieren en la cárcel y en el exilio”, denunció, pero se olvidan de un pequeño detalle: “Hemos aprendido a hablar y ya no nos van a callar”.

Acusó al Estado de buscar solo “descabezar a un movimiento pacífico” y recurrir a la censura y a la represión para tapar “tanta indecencia acumulada” y para callar a quienes están “hartos”. “El Estado ha implosionado, el rey está desnudo y nadie le puede tapar”, sentenció, preguntando a los partidarios de esa estrategia si quieren convertir a Cataluña en una “inmensa cárcel” y qué harán con los más de dos millones de catalanes que quieren la independencia. “¿A qué nos queréis condenar?”, preguntó.

Torra se dirigió a Arrimadas para decirle que los independentistas serían “los primeros” en denunciar cualquier persecución a Ciudadanos por sus ideas, por querer votar o por cumplir un mandato democrático, y prometió seguir defendiendo “de forma pacífica la democracia y la dignidad” de Cataluña.