Lo dijo en su intervención en el turno de palabra abierto por el presidente del Parlamento de Cataluña, Roger Torrent, tras suspender la segunda votación de investidura como presidente de la Generalitat de Jordi Turull, en prisión provisional.

Sus primeras palabras fueron para enviar “un abrazo” a los dirigentes encarcelados o “en el exilio”, a quienes prometió mantenerse “firmes” ante lo que considera “suspensión de la democracia” en el Estado.

Acusó al Estado de someter a Cataluña a una “doctrina del shock” y una excepcionalidad impuesta por vía judicial y extrajudicial en beneficio de quienes son incapaces de conseguir sus objetivos por vías democráticas y pacíficas. “Eso se llama golpe de Estado”, denunció, de quien solo ofrece a los catalanes “exilios, cárceles, porrazos, abusos de poder”. “Hay que ser muy inútil para creer que así se va a solucionar algo”, advirtió.

Sánchez pidió a los partidarios de esa estrategia que reconozcan “en público de una santa vez que nunca se podrá con este pueblo” porque su constancia y su perseverancia en la búsqueda de la libertad son “incorruptibles”.

Aseguró que la CUP seguirá trabajando en todos los frentes por una estrategia que permita a Cataluña “avanzar” y nunca “arrodillarse”, y abogó por ello por un “amplio frente contra la represión y la regresión”. “No pasarán. Viva la república”, concluyó.