Investigación
Nanopartículas de hierro y oro para detectar células tumorales en sangre
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Una investigación en la que participan la Universidad Complutense de Madrid (UCM), la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y el CSIC ha logrado unir nanocilindros de oro y nanopartículas de óxido de hierro, unidos por una matriz común de sílice, que da lugar a unas nanoestructuras capaces de atraer, como si de un imán se tratase, células tumorales directamente de los vasos sanguíneos, sin tener que extraer sangre al paciente.
Así, las propiedades magnéticas del óxido de hierro y la capacidad de generar señales fotoacústicas del oro se unen en una nanoestructura capaz de circular por el torrente sanguíneo del paciente y detectar células tumorales sin necesidad de extracción, en una síntesis realizada por un equipo internacional de la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y la Universidad de Washington, según informó la UCM.
“Existen muy pocos materiales en la naturaleza que presenten estas dos propiedades de manera simultánea y la mayoría de ellos resultan tóxicos para el ser humano”, explicó Jesús G. Ovejero, investigador del Instituto de Magnetismo Aplicado de la UCM y uno de los autores del estudio.
“Podemos conseguir que al inyectar estas nanoestructuras en el cuerpo humano busquen y se internalicen preferencialmente en células tumorales”, destacó Ovejero.
En este trabajo, publicado en 'Microchimica Acta', se ha buscado la captación y detección de células tumorales en un sistema de flujo continuo aprovechando la repuesta magnética y plasmónica de las nanoestructuras desarrolladas. Esto abre la posibilidad de realizar un análisis de todo el volumen de sangre que pase por un capilar seleccionado sin necesidad de extraer al paciente muestras de sangre.
Las nanoestructuras tienen un tamaño inferior a los 100 nm y se prepararon uniendo nanocilindros de oro con nanopartículas de óxido de hierro a través de una matriz común de sílice (componente más común de la arena de playa).
Las nanoestructuras híbridas resultantes se irradian con pulsos de luz infrarroja que generan picos de presión y, con estos, ondas de ultrasonidos que recorren el cuerpo. Este 'viaje' queda registrado desde el exterior como si fuese una ecografía, obteniéndose imágenes dinámicas en tiempo real.
“La alta resolución de la imagen fotoacústica, junto con la acumulación magnética, permite la detección de pequeñas concentraciones de células tumorales circulando en el torrente sanguíneo, lo que abre una puerta a la detección temprana de procesos de metástasis”, destacó el investigador de la UCM.
En la síntesis de las nanoestructuras, además de la UCM y la UAM, también participó el Instituto de Cerámica y Vidrio del CSIC, mientras que de la aplicación de las técnicas fotoacústicas se encargó la universidad estadounidense.
(SERVIMEDIA)
20 Mar 2018
MAN/caa