Así lo anunció Carmena, como responsable del Área de Cultura y Deporte a falta de delegado específico, en una comparecencia a petición propia en la comisión del ramo del mes de marzo.

Según explicó, la iniciativa responde a las recomendaciones de instituciones internacionales y experiencias de otros países, tendrá división en mesas sectoriales para cada una de la formas artísticas particulares (en principio, música, teatro, danza, libro, artes visuales y arte urbano), designará a vocales para los concusos y actividades e informará sobre las normativas, subvenciones o nuevos equipamientos que se vayan a introducir en la ciudad.

La alcaldesa detalló que la presentación pública de la propuesta será el próximo 4 de abril, que ese mes tendrá lugar la consulta previa a la ciudadanía sobre este tema, que en junio se aprobará el borrador de las normas reguladoras del Consejo y, en principio, lo ratificará el Pleno de septiembre para que el Consejo esté en marcha en octubre.

Por el momento, Carmena avanzó que quiere que el Consejo sea “un espacio de libre expresión independiente del poder político” y que trascienda los cambios de gobierno, que lo presidirá el titular del Área y que contará un Pleno en el que, además del presidente, estarán los vocales de los grupos municipales, representantante del sector y profesionales independientes. Igualmente, habrá una Mesa de Coordinación de la que formarán parte dos miembros de cada mesa sectorial, y comisiones de trabajo temporales con la participación de técnicos municipales. Todas las actividades del Consejo, aseguró, serán públicas y transparentes a través de una web.

Desde la oposición, Isabel Rosell (PP) y Sofía Miranda (Ciudadanos) recriminaron a Carmena que no pasara el borrador a los grupos municipales para debatirlo juntos si realmente Ahora Madrid quería que el Consejo de Cultura lo “fuera de todos”.

Por su parte, la portavoz socialista, Mar Espinar, denunció “deslealtad” y “ninguneo” por parte del Gobierno municipal, que se apoya en el PSOE y que sin embargo no había reconocido que el Consejo de Cultura había sido iniciativa de éste último, que hasta les había puesto en contacto con Barcelona para inspirarse en su experiencia. Según Espinar, el Ejecutivo local sólo buscaba el titular de prensa con esta novedad.