A este respecto, en un comunicado, CGT valora que esta huelga ha tenido “una cobertura mediática superior a la suscitada en cualquier anterior convocatoria de huelga general”. “Es una huelga legal, lícita y moral”, defiende este sindicato, que añade que “responde a la visibilización de una deuda de injusticia social y su lucha comprometida sin medias tintas ni trampas, con coherencia y tesón que engrandece a la clase obrera en su conjunto”.

En referencia a las acusaciones de que intenta enfrentar a hombres y mujeres, sostiene que “no es que la masculinidad esté en peligro, es que el ejercicio de ella tal y como la conocemos ahora vuelve el mundo peligroso y hostil”.

Por ello, explica que “acudimos a la huelga juntas todas y todos al mismo paso, con la misma ilusión, bajo las mismas consignas” y que “nuestra lucha es colectiva a género en cuanto a lo que lucha de trinchera se refiere y esto, justamente, nos da solidez y coherencia”.

“No es una huelga al uso, los escrutinios de participación a pesar de que lleguen a superar cualquier expectativa imaginable son demasiado patriarcales y geocéntricos como para reconocer el avance y emancipación que supone esta huelga general para la conciencia social”, prosigue.

Por último, sentencia que “nosotras, de manera irónica hemos desobedecido reinterpretando la huelga aberrante a la japonesa que proponían desde el Gobierno, que nos pretendía más productivas y sumisas y nos ha vuelto de manera reaccionaria más combativas y coparticipativas”.