Los hechos tuvieron lugar en la mañana del 21 de diciembre de 2007 cuando, en un descanso de la representación teatral a la que había asistido Gallizo junto con otras personalidades, el etarra Asier Tapia se dirigió a gritos hacia ella para dedicarle frases como “fascista, exterminadora”, “responsable de la muerte de nuestros compañeros” o “culpable de la dispersión y del sufrimiento de los presos vascos”.

Sus palabras fueron secundadas por los también etarras Aner Mimenza y Borja Jacinto Urberuaga, quienes se abalanzaron sobre los funcionarios de prisiones que intentaban acallar a Tapia.

En el escrito de calificación de la fiscal encargada del caso, Ana Noé, se subraya que cuando Tapia era trasladado tras el incidente, éste “arrojó al suelo una cuchilla, a la que el acusado Urberuaga propinó una patada para que no fuese localizada”.

La representante del Ministerio Público atribuye a los tres acusados los delitos de atentado contra la autoridad y desórdenes públicos, mientras que a Tapia le acusa de un delito adicional de calumnias e injurias contra la autoridad.

A tenor de estos delitos, la fiscal Noé pide para los tres acusados un total de tres años y seis meses de prisión. Además, solicita que se le imponga a Tapia una multa de 3.000 euros.