Con motivo del Día Mundial contra la Pena de Muerte, que se celebrará el próximo domingo, AI ha publicado un nuevo informe ("La pena de muerte en el mundo: entre la arbitrariedad, la crueldad y el uso político"), en el que recuerda que más de 1.200 personas han muerto ejecutadas en Estados Unidos desde que se reanudaran estas penas en 1977.

La directora adjunta de Derecho Internacional y Política de AI, Widney Brown, señaló que "los países del mundo han rechazado por clara mayoría la pena de muerte. ¿Cómo puede Estados Unidos reclamar el liderazgo en materia de derechos humanos cuando todavía comete homicidios judiciales?".

"La pena de muerte es cruel, degradante, ineficaz y totalmente incompatible con todo concepto de dignidad humana. Su uso en Estados Unidos se caracteriza por la arbitrariedad, la discriminación y los errores", afirmó.

Amnistía apuntó que Estados Unidos reanudó las ejecuciones en 1977, tras un decenio sin llevar a cabo ninguna, y que tres jurisdicciones (Texas, Virginia y Oklahoma) son responsables de más de la mitad de las ejecuciones del país.

Desde entonces, han sido puestos en libertad más de 130 condenados a muerte por haberse determinado su inocencia, 9 de ellos el año pasado, aunque otros han sido ejecutados pese a existir serias dudas sobre su culpabilidad.

El informe destaca que la raza determina a quién se aplica la pena capital en Estados Unidos, pues la probabilidad de que se dicte sentencia de muerte por asesinato es mayor cuando la víctima es de raza blanca que cuando es de raza negra.

Sin embargo, AI destacó que hay signos de que el apoyo público y político a la pena capital se está debilitando, ya que en los dos últimos años la han abolido Nuevo México y Nueva Jersey y el número anual de condenas a muerte se ha reducido en dos tercios desde que alcanzó su punto álgido en la década de los 90.

CIFRAS EN EL MUNDO

El informe de Amnistía recoge que actualmente hay 139 países abolicionistas de la pena de muerte en la ley o en la práctica y que el año pasado se supo de ejecuciones en 18 Estados, aunque 56 impusieron sentencias a muerte.

Amnistía Internacional tiene constancia de que el año pasado se ejecutaron al menos a 714 personas, sobre todo en Irán, Iraq, Arabia Saudí y Estados Unidos, pero sospecha que en China se consumaron miles de ejecuciones.

Sólo Bielorrusia ejecuta a personas en Europa, como Estados Unidos en América, y pocos lo hacen en África subsahariana (sólo Botsuana y Sudán en 2009). Iran continúa ejecutando a menores y se sigue condenando a mujeres y hombres a morir lapidados.