Expertos reclaman la intervención temprana en adolescentes con trastorno bipolar

MADRID
SERVIMEDIA

Científicos del Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (Cibersam), liderados por su director científico, Eduard Vieta, han publicado un documento para la intervención temprana en el trastorno bipolar, en el que inciden en la posibilidad de realizar intervenciones precoces en adolescentes que podrían tener trastorno bipolar.

“La intervención temprana es un paradigma que, si se aplica adecuadamente, puede salvar vidas y prevenir muchas de las complicaciones clínicas y sociales asociadas al trastorno bipolar”, indicó el director científico de Cibersam.

En esta revisión, publicada en la revista 'American Journal of Psychiatry', se recoge que el trastorno bipolar tiene un importante componente genético y que el principal factor de riesgo para desarrollarlo es tener antecedentes familiares de trastorno bipolar, especialmente un progenitor con un inicio precoz de la enfermedad.

Eduard Vieta destacó que la implementación de la intervención temprana “requiere cambios en las políticas de acceso a la atención en salud mental y también cambios en la educación de los profesionales de la salud mental, los médicos generales e incluso de la población en general".

La revisión del Cibersam destaca que los estudios longitudinales realizados en los descendientes de pacientes con trastorno bipolar apoyan la existencia de síntomas prodrómicos, los que preceden al desarrollo de una enfermedad, previos al primer episodio maníaco.

Según Boris Birmaher, catedrático en trastorno bipolar y profesor de Psiquiatría en la Universidad de Pittsburgh, “si un adolescente o joven presenta síntomas maníacos subsindrómicos acompañados de labilidad emocional persistente, irritabilidad y síntomas ansiosos y depresivos, la probabilidad de que pueda desarrollar un trastorno bipolar aumenta, especialmente si uno o ambos padres padece un trastorno bipolar de inicio precoz”.

Otro punto importante que se remarca en esta revisión es que todavía no existe un claro consenso basado en la evidencia que indique cómo abordar los síntomas prodrómicos en poblaciones de riesgo. Por tanto, los autores subrayan la necesidad de individualizar el tratamiento y de valorar cuidadosamente los riesgos y beneficios de cada intervención, ya sea farmacológica o psicológica, y contraponerlo con el riesgo individual de desarrollar un trastorno bipolar.

(SERVIMEDIA)
26 Feb 2018
MAN/caa