Así se pronunció el jefe de la diplomacia española, en declaraciones a los periodistas, en su llegada a Irán, país en el que realizará una visita oficial de tres días, acerca de la decisión de Gabriel de no declarar mañana como investigada en el Tribunal Supremo por considerar que en la causa que la investiga "no existe derecho a un juicio justo".

El ministro subrayó que “todo ciudadano español” debe entender que “tiene unas obligaciones” y dijo que no se ha de dar por sentado una decisión de la Justicia “en un sentido o en otro” antes de que se pronuncien los tribunales.

Esto le sirvió para manifestar que “esta costumbre que parece que se está desarrollando en ciertas personas de instalarse en otro país europeo me parece que no tiene ningún sentido”.

El ministro eludió pronunciarse acerca de las consecuencias judiciales que tendría el hecho de que Gabriel finalmente no compareciera mañana ante el Tribunal Supremo y dejó tal decisión en manos de los jueces.

Explicó que no ha hablado con su homólogo suizo sobre la presencia de Gabriel en Suiza y afirmó que no abriga “ningún temor” de que esta circunstancia afecte a las relaciones bilaterales entre España y Suiza.